La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar se despide de Salzburgo llena de triunfo
Bajo la dirección del maestro Gustavo Dudamel, la orquesta cerró ayer su participación en el Festival de Salzburgo para abrir paso a las presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil y el Coro de Manos Blancas
La ovación que cerró la participación de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y el maestro Gustavo Dudamel en el Festival de Salzburgo fue para el creador de El Sistema: José Antonio Abreu. Fueron sus músicos quienes aplaudieron de pie, y hasta zapatearon, durante más de 10 minutos motivados por las palabras de agradecimiento que ofreció ayer el músico y economista. Esto, luego de que el ministro del Poder Popular para el Turismo, Andrés Izarra, leyera a los músicos, en el ensayo previo al último concierto, una carta de felicitación que les envío el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, y les entregara un obsequio como parte del reconocimiento.
“Quiero felicitarlos calurosamente, al igual que a todo el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, porque una vez más están cubriendo de gloria a la Patria (…) Hemos recibido abundantes buenas nuevas sobre la rotunda demostración de sensibilidad y talento de nuestras orquestas y nuestros coros (…) Bien puede decirse que ustedes están realizando una campaña admirable en Salzburgo para engrandecer a Venezuela”, escribió el mandatario nacional en la misiva.
Luego, fue el maestro Abreu quien quiso destinar unas palabras de agradecimiento a la orquesta: “Esta participación se inscribe en la historia de Venezuela; la que escriben los grandes artistas. Yo les agradezco por este trabajo. ¡Se nos invitó de nuevo al Festival de Salzburgo! Trajimos el alma de Venezuela a la tierra de Mozart. Somos dignos del apoyo que se le brinda a las orquestas y coros, y dedicamos este triunfo inmenso a Venezuela, a nuestros padres e hijos”, afirmó visiblemente conmovido, lo que arrancó las lágrimas de los músicos.
Estas no fueron las únicas lágrimas derramadas. La noche apenas comenzaba. Los músicos tenían el reto de cerrar su participación en el Festival de Salzburgo por la puerta grande. Y lo hicieron. Una enérgica interpretación de la Sinfonía Nº 7 de Gustav Mahler hizo que el público del Grosses Festspielhaus llorara.
Conocida como La canción de la noche, el maestro Gustavo Dudamel extrajo de la obra la plenitud que vivía Mahler cuando compuso la pieza que fue estrenada en Praga, el 19 de septiembre de 1908, con la Orquesta Filarmónica Checa. La consagración del compositor como director de la Ópera de Viena y su óptima relación familiar para ese momento fueron retratadas por los músicos de la Simón Bolívar con entusiasmo y pasión.
Los sonidos de los metales y las cuerdas movieron al espectador entre la oscuridad y la luz que plasmó el compositor. Una última ovación de unos ocho minutos los despidió ayer del Festival de Salzburgo.
La Coral de Manos Blancas y la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela llegarán el 6 de agosto. Cada una ofrecerá dos conciertos dentro de lo que la organización del festival europeo ha ha denominado “El Sistema: La Residencia”, otro logro con el que el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, seguirán demostrando que «Los niños y jóvenes venezolanos triunfan con la música».