Barroco con actitud
“En el concierto tenemos que enamorar al público”, expresa Alexander González, quien dirigirá a la Orquesta Barroca Simón Bolívar este viernes 31 de julio, a las 5:00 pm, en el Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm)
Estamos en el Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm), donde la Orquesta Barroca Simón Bolívar realiza un ensayo para presentarse este viernes, 31 de julio, a las 5:00 pm, en la Sala Fedora Alemán: hombres y mujeres tocan violines, violas, violonchelos, contrabajos y clavecines. El director musical, Boris Paredes, hace un comentario jocoso para apoyar a los dos clavecinistas invitados al concierto del viernes, Renato de Zordo y Sheila Quiñones, quienes por unos instantes van a destiempo: “Muchachos, es fácil; como las notas mi y re, mi-ra-me. Tienen que verse y así lo harán bien”, expresa entre risas. Al otro lado, está el director asistente, Alexander González, a quien todos llaman “Carúpano”. Él está un poco inquieto, va hacia los últimos atriles y golpea el piso con los pies para marcar el tiempo. Él quiere que todo salga bien y aúpa a los integrantes de la orquesta: “Muchachos, un pelo larga la corchea. Tienen que ponerle más actitud”.
Los integrantes de la Orquesta Barroca Simón Bolívar ensayan para una presentación que contará con un programa de grandes representantes del concerto grosso (es decir, un concierto en el que se unen un grupo de solitas y una orquesta completa) como Antonio Vivaldi y Arcangelo Corelli; y compositores prolíficos de la música barroca como Johan Sebastian Bach y Geog Philipp Teleman.
El director del concierto será Alexander González, quien está ansioso y le dice a los muchachos, durante el ensayo, que deben respirar y confiar en sí mismos. Además, explica que la orquesta siempre busca programas atrevidos e ideas canalizadas. “No le tenemos miedo a las locuras. La idea es entrarle a todo lo que parezca loco o desordenado”, señala González, quien asegura que se toma esta oportunidad en el podio como si estuviera haciendo su trabajo desde el atril.
“Carúpano” se pasea por todo el ensayo y emplaza a sus muchachos: “¿Ustedes de verdad van para el concierto del viernes así? Esto no enamora a nadie y en el concierto tenemos que enamorar al público”, dice con tesón, para recordar que un ensayo no es simplemente pasar un tiempo tocando unas simples notas: cada aspecto de un ensayo es una lección. Ante esto, los integrantes de la orquesta siguen tranquilos, pero asumen otra actitud. “Tengo mucho estrés, pero vamos bien. Hemos trabajado muchísimo y el director presiona para que todos estemos muy atentos a lo que estamos haciendo”, nos explica Jesmariel Pastrán, ejecutante de violonchelo.
Durante el ensayo, los músicos intervienen para sugerir la modificación de algunos compases, el temperamento de algunos pasajes, entre otros. Paredes le dice a los muchachos que sientan la energía y que si dan 200% en el ensayo, el concierto saldrá perfecto: “Carúpano, Manuel, el profesor Rubén Guzmán y yo tratamos de estar en sintonía con los muchachos. Promovemos la participación de los integrantes de la orquesta”, dice Paredes.
La Orquesta Barroca Simón Bolívar busca nuevos retos, a pesar de ser un grupo novel. Además, pretende desarrollar más el repertorio barroco. “El repertorio barroco que existe no se toca mucho en nuestras salas. Estamos tratando de hacer un programa más extenso y variado para que el público pueda conocer cada vez más repertorio”, resalta Paredes, quien busca que la orquesta se acerque más a la pureza y el estilo propio.