Nueva York escuchó sonidos de una fortaleza dibujada por Alfredo Rugeles
El director orquestal venezolano celebra el estreno de su obra Resistencia y Resiliencia, a cargo del New Juilliard Ensamble, bajo la batuta de Joel Sachs. La obra tuvo este debut, el pasado 12 de noviembre, en el Bruno Walter Orchestral Studio 309, perteneciente a The Juilliard School of Music
Prensa de El Sistema
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela felicita al maestro Alfredo Rugeles por el estreno de su obra, Resistencia y Resiliencia en el Bruno Walter Orchestral Studio 309, ubicado en The Juilliard School of Music en New York. La ejecución fue interpretada por el New Juilliard Ensamble, bajo la batuta de su fundador, el maestro Joel Sachs, en una función ofrecida el pasado 12 de noviembre.
El prestigioso director, experto y compositor de música contemporánea, Joel Sachs tuvo la iniciativa de mostrar la obra de Rugeles, con la intención de ofrecer nuevos sonidos a sus estudiantes y al público asistente. Cabe recordar, que el reconocido maestro internacional fue invitado en el XI Festival Latinoamericano de Música, realizado en Caracas en el año 2000. En dicho evento, tomó la batuta del ensamble Continuum durante una presentación que se llevó a cabo en la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, la cual tuvo gran repercusión dentro de la organización.
Sachs mantiene estrechos lazos de amistad con los músicos de Venezuela, y sobre todo importantes colaboraciones profesionales con el maestro Rugeles, director artístico del Festival Latinoamericano de Músico, docente y director del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Además, actualmente se desempeña como director musical del ensamble Nova Música y de la Fundación Venezolana de Orquestas de Cámara.
Acerca de la obra estrenada en Nueva York comentó que recibe su título como referencia a una fortaleza anímica, que se ha convertido en bandera para nuestra sociedad en los tiempos que corren. Así mismo, describe la resiliencia como esa capacidad para recuperarse del infortunio e idear un futuro mejor.
Para la composición de esta obra, resultó fundamental la estadía del músico venezolano en el Bellagio Center de Italia en el año 2018, siendo este un territorio rico en fauna y vegetación. Dicha estancia también fue patrocinada por la Fundación Rockefeller. Durante un plazo de 15 días dedicados al estudio e inspiración, Rugeles logró completar una sinfonía plena en sonidos naturales, los cuales son reproducidos por los instrumentos orgánicos de la orquesta de cámara.
“El clarinete en Sib junto a la flauta, evocan los múltiples cantos de diversos pájaros. Estos elementos musicales reiterativos son el fruto de la interacción constante con el maravilloso ambiente en el cual, tuve la oportunidad de permanecer”.
Detalles estructurales de la obra
La composición ofrece algunos sonidos como medio proveedor de intriga en el oyente. Eso se suma al penetrante sonido del violín, el cual logra engendrar un ambiente tenso, que se ve reforzado por el contundente retumbar creado por las percusiones. Todas estas melodías se encuentran agrupadas dentro de una fórmula atonal. Lenguaje musical que evita establecer una relación entre los tonos de la obra con un tono fundamental. Esta falta de lazos armónicos propicia un sentimiento oscuro y profundo en los primeros minutos de la obra referida.
El discurso tenso que nos presenta el maestro Rugeles se agudiza cuando todos los instrumentos de cuerda y percusión intervienen en la recta final con mayor agresividad. El sonido fino del violín mantiene la inquietud mientras que el violoncello hace notar su presencia en mayor medida siendo asistido por el redoblante en la fase más angustiosa. La intención detrás de esta fórmula consiste en evocar el miedo provocado por la dificultosa temporada que la sociedad venezolana ha tenido que enfrentar durante los últimos años. Concepto que es resaltado de manera poderosa cuando aparecen fragmentos melódicos pertenecientes al himno nacional ´´Gloria al Bravo Pueblo« dentro de la ejecución musical.
El clímax de la sinfonía permite un giro drástico en el discurso, pues se destaca la participación de las campanas tubulares de la orquesta, la cuales logran rememorar el inconfundible ´´Ave María«. Este elemento está incluido en la composición, como símbolo de fe y esperanza, y como alusión al anhelo de paz. El característico resonar de las campanas pertenecientes a la iglesia de Bellagio, cerca del lago Como en Italia, ofrecen un cierre completo al paisaje emocional estructurado en la obra Resistencia y Resiliencia.
Seguimos celebrando los logros de los artistas asociados al programa artístico y educativo del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.