Bruno Procopio: “El Sistema no es un proyecto ya de Venezuela, es un proyecto global”

El maestro franco-brasileño Bruno Procopio encontró en El Sistema y en su fundador, el Maestro José Antonio Abreu, una fuente de inspiración para hacer de la música clásica un puente hacia lo universal.
Bruno Procopio, visionario, clavecinista, director de orquesta y empresario, nos cuenta sobre su visita a Venezuela y el reencuentro con la Orquesta Barroca Simón Bolívar, de la que fue parte desde sus inicios; y con la que se sumó a celebración aniversaria durante Vive El Sistema Fest, con la interpretación de la Sinfonía N° 41 y la Misa de la Coronación en Do Mayor de Mozart
— Maestro Procopio, tiene años visitando El Sistema y formó parte del desarrollo de la Orquesta Barroca Simón Bolívar, ¿cómo la ve hoy después de 10 años?
Empecé a venir a El Sistema en 2009 por una invitación que me hizo el maestro Eduardo Marturet para hacer una grabación de Vivaldi; ese fue mi primer contacto con esta institución. Fue una experiencia única, muy bella y enriquecedora.
Luego, ya conociendo todo esto tan maravilloso, le propuse al maestro José Antonio Abreu hacer algo más barroco; en ese momento el repertorio era más de los siglos XIX y XX, es decir, un barroco más ornamental.
Un año después me invitaron a dirigir un programa con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, del cual nació el disco Rameau en Caracas, que recibió una cantidad increíble de galardones internacionales. A partir de ese momento, varios músicos provenientes de esa orquesta junto a otro grupo construimos la Orquesta Barroca Simón Bolívar. El primer concierto con instrumentos de la época lo dirigí yo.
Bruno Procopio: «No es solo trabajo de orquesta, es un trabajo de familia»
Ha sido un recorrido largo que inició con gente que ya estaba muy motivada con el repertorio y que tenía experiencia internacional. Entonces, mi experiencia no es solo profesional, sino también de amistad, porque los conozco hace 14 años. No es solo trabajo de orquesta, es un trabajo de familia. El nivel ha aumentado mucho; esa manera de tocar se conoce, históricamente, como informada, lleva un tiempo lograrlo, porque no es cuestión de instrumento, es una cuestión de comprensión y hoy la tienen y va mucho más allá de la orquesta misma.
— El Sistema cumple 50 años y usted es un visitante habitual, maestro Procopio ¿se siente parte de esta celebración?
Más que sentirme parte de los 50 años de El Sistema, Venezuela es mi casa.
Mi mujer y mis hijas son venezolanas. Entonces, venir aquí, para mí, es un doble placer porque es encontrar una familia musical de la que hago parte y es un honor porque me enriquecen enormemente; y al mismo tiempo, es encontrarme con este país que me permite ser la conexión con la familia venezolana.
— De esta manera, ¿cómo felicitaría usted a El Sistema?
Felicitar a El Sistema es siempre una cosa complicada, por la grandiosidad del proyecto. Lo que más me impresiona de El Sistema es cómo evoluciona a pesar de las dificultades de la vida.
Venezuela hoy es una bandera para la música clásica en el mundo. Y no lo digo por decir algo de bonito de ustedes, no. Europa vive hoy un momento muy dramático en relación a la cultura: lo que representó el Covid-19, la falta de dinero, la necesidad de ponerse a nivel de la guerra internacional, todas las subvenciones que iban a la música clásica en Francia se están yendo fuera.
La educación se está tornando una cosa efímera. Y ustedes con la dificultad de Latinoamérica, en general, mantienen, desarrollan y llevan esa misión al mundo.
francamente yo creo que el proyecto de ustedes no es un proyecto ya de Venezuela, es un proyecto global.
Procopio: «Mi sueño es hacer un proyecto pedagógico»
— Maestro Procopio, ¿cuáles son sus planes para lo que resta del año?
Yo creo que lo que más me atrajo de El Sistema fue inspirarme del coraje del maestro José Antonio Abreu, porque tener coraje es muy complicado y eso es lo que El Sistema enseña.
Yo tengo una orquesta dedicada a Jean Philippe Rameau, compositor barroco francés, con instrumentos de época, donde recibo a 50 músicos que vienen de 22 países. Este es mi sueño, hacer un proyecto pedagógico para enaltecer el más importante compositor francés, antes mencionado, unido al legado del maestro José Antonio Abreu; eso no lo pierdo de vista, porque las dificultades están ahí y son innumerables, espero no perder el foco.