El Sistema llegó a Oklahoma para contribuir a la formación pedagógica de niños y jóvenes
Desde septiembre de este año, 47 niños de Tulsa (Oklahoma, Estados Unidos), con edades entre los 8 y 10 años, asisten de lunes a viernes, todas las tardes, para recibir clases de música de parte de ocho profesores que se han comprometido con la labor que impulsa el músico José Luis Hernández – Estrada
Tulsa es la segunda ciudad más poblada del estado de Oklahoma, en Estados Unidos. En esa localidad, compuesta por una diversidad de latinos y afroamericanos que deben sortear efectos climáticos de gran envergadura, comenzó a germinar la semilla de El Sistema, sumándose a los más de 80 programas que existen en Estados Unidos, inspirados por el modelo creado por el maestro José Antonio Abreu. Propiciado por el músico mexicano – estadounidense José Luis Hernández – Estrada, el núcleo fue inaugurado en septiembre de 2015, y funciona en las instalaciones del Boston Avenue United Methodist Church (BAUMC), un edificio que es Patrimonio Histórico y Cultural de Estados Unidos.
El encargado de inaugurar la primera fase de El Sistema Tulsa, que arrancó con el programa de iniciación orquestal, fue el maestro Wynton Marsalis, acompañado de la Orquesta de Jazz del Lincoln Center. 47 niños, entre 8 y 10 años de edad, que cursan cuarto y quinto grado de Educación Básica, asisten todas las tardes, de lunes a viernes, para recibir clases con ocho maestros. “Estamos trabajando dentro de una comunidad diversa. Con ello buscamos la integración cultural desde una perspectiva educativa, teniendo en cuenta no solo el desarrollo musical sino el desarrollo social de las comunidades. Junto a los ocho maestros estoy trabajando una nueva visión de la educación musical: una pedagogía artística hacia la justicia social. Además de darle valores musicales a los niños, les estamos dando valores pedagógicos a los maestros”, cuenta el maestro José Luis Hernández – Estrada.
Integrado por niños cuyo núcleo familiar se ha fracturado, que son adoptados o que tienen necesidad afectivas y sociales, El Sistema Tulsa se alza como un modelo que apunta al desarrollo social y académico para los jóvenes. “Aquí tenemos niños que, como dice el maestro José Antonio Abreu, necesitan sentirse útiles, capaces, sentirse personas de bien. Estamos llevando a cabo una revolución del arte que mueve las aspiraciones colectivas de esta comunidad. La música es excelencia, es disciplina y es un medio para construir un mejor futuro en esta comunidad”.
Para el mes de diciembre estos niños realizarán su primera presentación: “Concierto de las primeras notas”. Ahí debutarán como la Orquesta Infantil de El Sistema Tulsa. También harán recitales con orquestas de cámara y bandas. Esto para reforzar la cultura de bandas que existe en Estados Unidos. “Estamos integrando personas y cultura, estamos integrando tradiciones pedagógicas que convergen en una misma visión. En estos tres meses hemos visto muchos cambios: vemos a jóvenes más disciplinados, más enfocados, más alegres, más gustosos. Ellos aman la música, aman su instrumento, quieren estar en el núcleo. También hemos visto los avances musicales”, apunta.
La segunda fase del núcleo comenzará en enero del 2016. José Luis Hernández – Estrada y su equipo de profesores buscarán crear una gran Orquesta Juvenil Comunitaria en la que participen los jóvenes de las más de 20 escuelas públicas que existen en Tulsa.
El Sistema Tulsa en Estados Unidos se suma a los programas que alrededor de todo el mundo buscan emular el trabajo que el maestro José Antonio Abreu ha realizado durante 40 años en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio para el Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.