Arturo Márquez: El Sistema cambió nuestra manera de escuchar la música
El compositor mexicano está de nuevo en Venezuela, invitado esta vez a participar en las actividades programadas para el 40 aniversario, específicamente en un seminario para jóvenes compositores, en el que ahondará sobre la identidad de la composición hecha en Latinoamérica
Su obra forma parte del repertorio de las agrupaciones de El Sistema, lo que lo ha mantenido presente en el campo musical venezolano desde hace varios años. Los músicos de El Sistema la conocen prácticamente de memoria, la sienten propia, y de esta manera lo han hecho saber, como en las interpretaciones del Danzón N° 2, por el maestro Gustavo Dudamel y la Simón Bolívar, que han logrado mover, física y espiritualmente, a las audiencias mundiales.
Más allá de estas referencias artísticas, Arturo Márquez está vinculado con El Sistema porque cree profundamente en el poder transformador de la música, lo que lo llevó a fundar un “pequeño Sistema mexicano” conocido como Sonemos, donde imparte, entre otras cosas, el gusto por la composición. Ahora está en Venezuela para dictar un seminario sobre composición para jóvenes músicos, con la idea de seguir hurgando en las voces y los colores propios de los sonidos latinoamericanos.
-¿Maestro, nos encantaría saber cuándo y cómo surgió su vínculo artístico con Venezuela?
-He estado en contacto con Venezuela a través de la música durante tanto tiempo… por el hecho de que se han tocado varias de mis obras, en especial el Danzón N° 2. Recuerdo, por los años 80, cuando Eduardo Mata sacaba sus discos de la Simón Bolívar, que eran los discos que más admirábamos, por la calidad interpretativa de la orquesta bajo la dirección del maestro Mata. Luego que él murió en 1995, yo mandé para acá una obra, el Danzón N° 2, e inmediatamente la puse a disposición de la Simón Bolívar.
-¿Qué sucede con su obra luego que una agrupación de El Sistema la interpreta?
-Conocí al maestro Abreu en México con la Orquesta Nacional Infantil tocando el Danzón N° 2. Para nosotros fue un momento importantísimo escuchar a esos chiquillos en México tocando de esa manera. Definitivamente El Sistema ha cambiado nuestra manera de escuchar la música. La sentimos mucho más como parte de nuestro cuerpo; nos hace vibrar, bailar. Los músicos venezolanos pueden bailar a Bach, a Bernstein, o cualquier música popular. Han cambiado la manera de hacer música, y los compositores lo agradecemos.
-En el caso concreto de las interpretaciones que el maestro Gustavo Dudamel ha hecho de su obra, ¿qué aporta el trabajo del director al del compositor?
-La parte creativa del compositor tiene muchas etapas. Primero es encontrar el motivo para hacer, después viene la manera de hacer, y luego, la más importante, decidir cuándo una obra está lista. Le sigue a este proceso la parte interpretativa, que es fundamental para la composición, y entonces necesitamos alianzas muy fuertes que estén en comunión con lo que queremos decir. Y lo que ha hecho el maestro Gustavo Dudamel con el Danzón N° 2 es una verdadera creación. Ha logrado ese matrimonio perfecto entre la parte creativa musical y la interpretación, y las dos tienen que tener creatividad. Una obra se puede transformar por el trabajo creativo del intérprete.
-El Sistema es un programa social que celebra 40 años como programa musical y también social ¿Cree usted en la música como medio propicio para superar la pobreza?
-La música nos ha transformado a todos los que estamos involucrados en ella, sobre todo si tenemos la oportunidad de estar en ella desde pequeños. En México estamos haciendo nuestro propio Sistema basado en el ejemplo venezolano, así como ha sucedido en tantos lugares del mundo. Ciertamente, cada lugar debe encontrar su manera de hacerlo adaptado a su identidad.
-En este 40 aniversario ¿qué mensaje le extendería a las personas que hacen vida en este programa musical y social?
-Desearía que El Sistema siga por el mismo camino, que siga creciendo y sirviendo de inspiración para que otras sociedades puedan fundar otros proyectos similares con miras a un mundo mejor.
-Y ¿qué le diría al mundo sobre El Sistema venezolano?
-Yo quisiera que los gobiernos, los políticos y la sociedad se dieran cuenta que estos programas transforman totalmente a los niños, a sus familias y a la sociedad. Cómo quisiéramos que estos programas fueran parte de nuestra cotidianidad, así como todas las disciplinas artísticas, para que podamos transformarnos y crecer como sociedad. Pienso que en los países latinoamericanos, donde hay tanta necesidad de espacios para encontrarnos, para transformarnos, este programa sería el mejor vehículo de formación.