Instituciones musicales latinoamericanas presentan métodos educativos ante distanciamiento por pandemia del Covid-19
A través del foro online “Estrategias académicas en tiempos de confinamiento. Perspectivas globales”, liderado por El Sistema, se pudo conocer el trabajo y las proyecciones para los próximos meses en las voces de los representantes de varios programas inspirados en nuestra metodología que funcionan en Chile, Colombia, Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay
Prensa El Sistema
En este año de nuestro aniversario 45 seguimos activos y enlazados con los programas inspirados en nuestra metodología y este primer encuentro se dedicó a Latinoamérica. El foro “El Sistema, estrategias académicas en tiempos de confinamiento. Perspectivas globales” se realizó, vía online con la participación de los líderes de varios proyectos educativos, sociales y artísticos fundados en Chile, Colombia, Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay, quienes hablaron del desafío de estos tiempos y del trabajo realizado pese al aislamiento social que ha causado la pandemia por Covid-19.
Desde la sede principal de El Sistema en Caracas, el Centro Nacional de Acción Social por la Música, el Director Ejecutivo, Eduardo Méndez, ofreció la bienvenida a los participantes enfatizando la necesidad de seguir fortaleciendo los lazos de cooperación, complementariedad y solidaridad con nuestros aliados estratégicos a nivel mundial. “La idea es acercarnos. Como muchos saben el Maestro Abreu siempre fue un motor para la integración latinoamericana a través de El Sistema, por lo que convencidos de que la música es el canal que nos debe mantener comunicados y unidos, nos propusimos hacer este intercambio para conocernos mejor y saber lo que estamos haciendo para continuar con nuestro trabajo en estos tiempos de la pandemia mundial”.
El encuentro virtual contó con la participación de Claudio Pavez, representante de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI); Ana Vanesa Marvez de la Fundación Música para la Integración, asentada también en Chile; Ricardo Castro de Neojiba, fundada en 2007 en la ciudad brasileña de Salvador de Bahía; Antonio Suárez de la Orquesta Filarmónica de Bogotá; Miguel Ángel Salazar de la Fundación Musical Bravura de Bolivia, Ana Belén Pavón, coordinadora de programas y desarrollo del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina, (SOIJAR) y Ariel Brito de la Organización uruguaya Un niño, Un instrumento. Cada uno de ellos ofreció la experiencia que están viviendo en sus países, además de detallar las herramientas que les han permitido mantener la actividad educativa y artística durante este período. Algunos incluso anunciaron programas venideros, del mismo modo que lo hizo Andrés David Ascanio Abreu, director del Programa Orquestal y Coral de El Sistema, quien también habló ampliamente sobre las actividades en Venezuela.
Programas en Chile y Colombia
Claudio Pavez, director musical de FOJI, habló de la historia de esta organización indicando que la gestión actual se consolidó en 2001. Interactúa con 500 orquestas, muchas independientes de las 18 que atiende directamente la FOJI. Detalló que tienen una orquesta en cada una de las 15 regiones de Chile, incluyendo 3 en el área metropolitana de Santiago con niveles infantil, juvenil y universitario. También llevan programas de la Orquesta Nacional Juvenil de Chile integrada por seleccionados de las 500 orquestas de todo el país. Manejan becas para la práctica orquestal, un programa de capacitación, una escuela de orquestas, que es un brazo técnico a nivel nacional, un fondo de fortalecimiento para esas 500 orquestas para la compra y mantenimiento de instrumentos, compra de accesorios; financiamientos mixtos para conciertos, giras y otros eventos. Tienen un área de atención psicosocial que trabaja con el Estado y sus programas de gobierno. “Vamos rumbo a los 20 años. Hemos tenido una fuerte conmoción social desde octubre 2019 y ahora en marzo 2020 y se sumó la pandemia. En este período nos hemos reorganizado, haciendo evaluaciones y trabajando más en detalle y buscando mecanismos para continuar, entendiendo que no vamos a tener encuentros físicos en un tiempo inmediato”.
Ana Marvez es fundadora y presidenta de Música para la Integración, un proyecto cultural, social y educativo creado por la comunidad de músicos migrantes venezolanos en Chile y que tiene tres años con la misión de generar un espacio laboral. Su base de datos ronda por 300 profesionales nada más en la capital, de los cuales solo 5% trabaja en el campo musical. “Hemos logrado generar encuentros para la formación de elencos que permitan hacer música e incorporar a muchos de los niños que vienen con su familia y que estaban aprendiendo en El Sistema de Venezuela. Muchos de estos niños y jóvenes también han ingresado a las orquestas municipales, regionales y también la Nacional de Chile. Trabajamos en dos pilares fundamentales, ejecución musical y formación para niños. Tenemos una orquesta sinfónica, un coro polifónico y una compañía de ópera; también ensambles de cuerdas, vientos y vocales; además de cinco núcleos de formación musical en los que se benefician 170 niños de distintas nacionalidades. Somos autogestionados y recientemente logramos una alianza con las Naciones Unidas que nos permite recibir donación de instrumentos y financiar algunos conciertos”.
Antonio Suárez habló en nombre de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, fundada en 1967 con profunda vocación social. “En 2013 la OFB abre un programa de formación en los colegios, dentro de un plan de formación complementaria en instituciones públicas con 40 colegios que se ha sostenido en el tiempo. En 2015 se crean los centros de formación con estructura del modelo venezolano, que nos permiten tener iniciación musical en los colegios y práctica instrumental en los centros filarmónicos y también se han creado agrupaciones musicales en los colegios para enriquecer la práctica. Estamos adscritos a la Alcaldía Mayor de Bogotá y tenemos auspicio exclusivo del distrito. Esto hace que los planes de formación estén dentro de los planes de gobierno que se renuevan cada cuatro años. Somos parte de una política cultural sostenida que nos deja tener una continuidad en el tiempo. Ahora estamos entrando a los hospitales y explorando el trabajo con población de la tercera edad. Atendemos agrupaciones para hacer repertorios clásicos, renacentistas y barroco, una banda sinfónica muy tradicional en Colombia, un coro juvenil y una sexta agrupación que abre próximamente para cultivar la música popular colombiana. Esto nos ha permitido completar todas las cadenas de formación y elevar el perfil de los aspirantes a entrar en la orquesta más importante de la ciudad. Estamos atendiendo a 27 mil niños antes de la pandemia con 400 docentes y tenemos números similares a las organizaciones nacionales para atender la formación sinfónica”.
De Bolivia, Brasil y Argentina
Miguel Ángel Salazar, presidente de la fundación Musical Bravura de Bolivia, indicó que la institución es bastante joven, nació en 2013, aunque venía de un trabajo precedente. “Una palabra clave para lo que hacemos es colaboración. Hay poco apoyo financiero, por lo que tenemos la necesidad de insertarnos en proyectos nacionales. Nuestra organización acoge a 6 orquestas permanentes, 7 coros y una orquesta de encuentro, que es la Orquesta Filarmónica de Bolivia, en la que se reúnen profesores y directores de las diferentes instituciones del país. Hacemos grandes encuentros orquestales sinfónicos, invitamos a grandes maestros y profesores internacionales, a través de los diferentes convenios que nos respaldan. Tenemos convenios para brindar oportunidades únicas de superación y desarrollo para esos profesores y directores. Son eventos puntuales y luego cada quien regresa a sus lugares de trabajo. Tenemos gran apoyo de la Sinfónica Nacional de Bolivia y el Conservatorio Nacional de la Paz. Evidentemente nuestro objetivo son los niños, pero en estos momentos hemos favorecido a los profesionales bajo el lema `la música nos une, la música nos conecta, la música nos inspira’. Y continuamos enfrentando este gran desafío junto con ustedes, ansiosos de aprender más para seguir avanzando”.
Ricardo Castro, integrante del proyecto Neojiba que comenzó en 2007 con una pequeña orquesta y somos un programa financiado por el Estado en Salvador de Bahía. “A las 48 horas de haber iniciado la cuarentena ya estábamos todos en formato online para la gestión de proyectos, a través de herramientas como Teamwork y Google Classroom y eso nos permitió mantener activos a nuestros empleados y estar más adelantados que los sistemas de educación en Brasil, que se paralizaron desde marzo. Empezamos un programa del que estamos muy orgullosos, que fue hacer apadrinamientos para que los niños tuvieran acompañamiento de otros niños o alumnos más adelantados y de alguna forma hacer estudio juntos, funciona muy bien porque hay un profesor que hace seguimiento y control. Me preocupa la cantidad de niños que puedan abandonar la práctica musical porque es un peligro psicológico muy grande la paralización por tantos meses. Estamos atentos a los pasos de El Sistema para aplicar en nuestro trabajo también”.
Ana Belén Pavón, coordinadora de programas y desarrollo del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina, habló del programa que trabaja a nivel nacional desde 2005, y que tiene origen en la Orquesta Escuela del núcleo de Chascomús, su centro fundacional de la mano de El Sistema y María Valeria Atela. “Somos una organización no gubernamental que realiza convenios de cooperación con las municipalidades y comunidades que forman parte de las políticas del estado, a través de propuestas educativas de formación, atención social y práctica musical. Tenemos dos carreras universitarias, la primera con un perfil pedagógico que es la diplomatura en orquesta escuela desarrollada con la Universidad de San Martín y una tecnicatura en instrumentista de orquesta, desarrollada con la Universidad Nacional de las Artes. Llegamos a todo el país porque los estudios tienen dos modalidades, presencial y virtual. Y estas características nos permitieron seguir adelante siendo un programa de alcance federal, ya que tenemos alumnos de distintas provincias. Trabajamos en el área técnica con academias argentinas para la especialidad de instrumentos, que igualmente tiene modalidad presencial y virtual. También estamos diseñando un programa para técnicas del cuidado del cuerpo para la mejora de los procesos técnicos y evitar las lesiones con la profesora Marcela Méndez. A través de seminarios orquestales y corales buscamos llegar a los niños en sus niveles iniciales y básicos. Tenemos también una orquesta infantil y una orquesta juvenil con participantes entre 120 y 160 integrantes, escogidos en seminarios en diferentes épocas del año y esto nos permite generar un sentido de pertenencia nacional. Desde el mes de abril aplicamos una encuesta para conocer la situación de cada alumno, a través de sus maestros y así tener una idea de quienes cuentan con recursos y quienes necesitan asistencia social, bien sea alimentaria o salud, y así enlazar con las entidades correspondientes para evitar el corte de la vinculación con los estudios musicales. Para este año abrimos una tercera convocatoria temática para trabajar sobre la Oda a la Alegría de Beethoven, a fin de llevar un mensaje a las comunidades que están sufriendo este aislamiento social”.
Clases virtuales en Venezuela y Uruguay
Andrés David Ascanio Abreu, director académico musical de El Sistema, expresó su satisfacción por los testimonios que dan cuenta de que las actividades no se han detenido. “Desde el mes marzo estamos trabajando para atender las necesidades de 1.017.000 niños y jóvenes de nuestros 442 núcleos. Ha sido difícil poder llegar todos por razones de conectividad, pero gracias al trabajo de todos nuestros directores de núcleos, gerentes estadales y maestros hemos podido atender a una gran cantidad de nuestros participantes de los programas de formación. Al igual que todos hemos trabajado en varias vías, la primera la atención a los niños y jóvenes a través de la plataforma Zoom y paulatinamente estamos comenzando con el Google Classroom. Terminamos recientemente un taller Elearning en el que atendimos a más de 800 profesores y directores de núcleos para entrenarlos en el uso de las herramientas para construir aulas virtuales con mensajería de texto o Telegram. A través de Whatsapp hemos realizado la capacitación de formadores para ofrecer componentes de planificación, materia académica y acompañamiento humano. Igualmente mantenemos los encuentros con la Cátedra del pensamiento del Maestro José Antonio Abreu para trabajar sobre la base de su concepción filosófica y trasladar eso a la formación de cada niño y joven que se forma en El Sistema. Hemos realizado más de 120 clases magistrales, con apoyo del Conservatorio Itinerante Inocente Carreño que patrocina Hilti Foundation, y gracias a la participación de maestros internacionales de alto renombre, que no dudaron en sumarse a nuestras actividades. Todo a través de la plataforma Zoom. Hemos atendido una población que se ubica en casi 6 mil personas. Ya creamos las aulas virtuales por estado con niños inscritos por instrumentos, por filas y de esta forma se atiende a los niños con envío de videos, notas de voz y material didáctico para los aspectos técnicos, orquestales y corales. Estamos conscientes de que este distanciamiento social es la antítesis de nuestra esencia de práctica colectiva, pero aun así seguimos trabajando para llegar a todos los niños y jóvenes del país. Esperamos para el mes de septiembre combinar los encuentros a distancia con actividad semi presencial. Si la situación del Covid19 nos lo permite podremos trabajar con grupos pequeños para hacer música de cámara, mientras se retoman las actividades orquestales y corales de gran dimensión”.
Ariel Brito, representante de la organización Un niño, un Instrumento de Uruguay, comentó que en su país se viene apostando desde hace mucho tiempo por la conectividad para el trabajo escolar, de manera que los recursos se tienen de forma masiva. “Contamos con una plataforma estatal que se llama Crea y que está diseñada para tener aulas virtuales, de manera que lo que hicimos fue adaptarla a nuestros trabajos musicales y funciona muy bien. Con ella tenemos acceso a todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país. Evidentemente esta situación de confinamiento es contraria a nuestros principios, pero esto también nos ha permitido fortalecer otras áreas. La asistencia virtual ha sido mayor que la presencial, las materias teóricas han rendido muchísimo. Los chicos están presentando investigaciones que hacen en grupo y comparten sus pantallas, con un importante grado de dedicación e incluso un nivel más avanzado del que hacían de manera presencial. Desde hace unos 20 días retomamos algunos trabajos con grupos de no más de 25 personas, que es lo permitido hasta ahora. Son grupos cerrados, porque tiene que haber una trazabilidad de sus contactos por si se presenta algún contagio de virus. Por esa razón no podemos intercalar participantes. El próximo 23 de agosto tendremos concierto porque los teatros están reabriendo con precauciones y nos presentaremos con un programa modificado y adaptado a las circunstancias que estamos viviendo. En este momento nuestra mayor apuesta será difundir por las redes sociales. Planificamos presentaciones de dúos y otros grupos pequeños y organizamos muchos foros para mantener la motivación. Pensamos que más allá de superar esta etapa de aislamiento hay estrategias que llegaron para quedarse porque nos han fortalecido. Esperamos por la construcción de un edificio que en los próximos años nos brindará una sede dentro de un complejo cultural”.
Para cerrar, el director Ejecutivo de El Sistema, Eduardo Méndez tomó nuevamente la palabra para dejar una reflexión acerca de las dificultades que supone continuar el proceso académico de forma virtual por largo tiempo. “Uno de los problemas supone además de las fallas de conexión para algunos, sobre todo en zonas remotas y de mayor vulnerabilidad, es la imposibilidad de que los niños puedan recibir ese conocimiento directo de sus propios compañeros que ha sido uno de nuestros mayores logros en todos estos años para su adopción como modelo exitoso internacional. Todo esto nos plantea la necesidad de pensar en nuevas ideas y proyectos como bloque continental para trasladar a este universo virtual esa energía y motivación que se logra de manera presencial, ya que el trabajo colectivo es la base fundamental de la idea del Maestro Abreu. Ahora nos toca seguir pensando cómo nos mantendremos en la vanguardia e innovación de cara a estas nuevas formas de conexión, que al parecer llegaron para quedarse por más tiempo de lo previsto. Vamos a seguir convocando estas actividades que nos permitan actuar de forma unida y concertada. Agradecemos su participación y esperamos seguir contando con ustedes como hasta ahora”.
Continuar esta modalidad de debates es la invitación para un nuevo que foro, a fin de seguir intercambiando con los aliados del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.