Amor y amistad, sentimientos en partituras
La Real Academia Española define el amor como “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”
Varios compositores encontraron su musa en esta emoción. Así crearon numerosas obras que hoy forman parte del currículum académico de los jóvenes músicos y que son interpretadas por orquestas en el mundo.
Cuando la música y el amor se unen nacen obras grandiosas, algunas fueron dedicadas a intensos amores, estrechas amistades u otras celebridades. Para compartir en ocasión del Día del Amor y la Amistad, te describimos algunas de ellas.
PARA VERDADEROS AMORES
Chopin y George Sand
El poeta del piano, Frédéric François Chopin tenía 26 años cuando conoció en una fiesta, que organizaba el también compositor Franz Liszt, a George Sand, y su primera impresión fue de repudio ante el tosco caballero que destacaba en eventos de literatura, política y música. Durante la presentación de ambos, la baronesa Amandine Aurore Lucile Dupin de Dudevant, de 32 años, madre soltera con dos hijos, quien realmente era George Sand, susurró al anfitrión: ¿ese afeminado es realmente Chopin? y este preguntó ¿qué antipática, es una dama?
El joven compositor encontró en Amandine una dulce amistad que poco a poco se convirtió en un apasionado amor. En 1846, Chopin compuso el Vals de un minuto dedicado a su irreverente esposa Amandine Aurore Lucile Dupin, baronesa Dudevant. A pesar de los conflictos, las depresiones y la mala relación con los hijos de ella, la unión duró hasta que la tuberculosis llevó a Chopin a la muerte.
Mahler y Alma
El adagietto del último movimiento de la Sinfonía Nº 5 del compositor Gustav Mahler fue una declaración de amor para Alma Mahler. Muchos estiman que esta joya musical es, quizás, el éxito más importante del compositor, el cual pasó a ser famoso por la interpretación de Leonard Bernstein con la Filarmónica de Nueva York, en el funeral de Robert Kennedy, en 1968. Además, esta melodía fue incluida en el film de Visconti, Muerte en Venecia.
En 1901, mientras se recuperaba en su casa de verano, en Wörthersee, Austria, Mahler compuso los primeros movimientos de la sinfonía. Ese mismo año, conoció a la compositora Alma Schindler, con quien se casó un año después. Desde su lugar de composición en Maiernigg, Alma, con sus amplios conocimientos musicales, se encargó de copiar la partitura de la nueva sinfonía de Mahler, donde también compuso el famoso adagietto y el movimiento final de su Quinta sinfonía. El 24 de agosto, Mahler terminó la partitura, una oda.de paz, dolor y de una belleza tan abrumadora y la interpretó al piano en su Häuschen para su amada esposa, Alma.
Strauss y Pauline
Otra manifestación de amor también se vivió en el año 1894, cuando Richard Strauss compuso una de sus últimas cuatro obras, Morgen (Mañana) para su esposa, la soprano Pauline de Ahna, a quien conoció en 1890, cuando ella como estudiante de canto tuvo la oportunidad de debutar como profesional en el papel de Pamina en La flauta mágica de Mozart, que fue dirigida por Strauss.
Ese mismo año se casaron y John Henry Mackay- a quien conoció en Berlín- también escribió el poema al cual Strauss le creó la música como un regalo de bodas para Pauline. Originalmente, esta obra fue escrita para ser tocada en piano. Además de Morgen, Strauss hizo arreglos para orquesta que también serían obsequios para su amada: Cecilia, Heimliche Aufforderung , Ruhe meine Seele.
Schumann y Clara
Con arreglos de Liszt, Robert Schumann le dedicó 26 poemas líricos –lied– a su querida Clara Wieck como regalo de bodas. Fue en septiembre de 1840, cuando la pareja contrajo matrimonio, Schumann compuso el primero de ellos titulado Widmung en el que resaltó la belleza de su compañera.
Schumann recibía clases de piano con Friedrich Wieck, padre de Clara. se enamoró de ella cuando ella apenas tenía 15 años de edad. El romance fue prohibido por el estricto padre por las diferencias de edades. Sin embargo, los amantes continuaron su romance a través de cartas y poemas de amor mientras Clara, pianista consagrada, giraba por Europa.
A LOS BUENOS AMIGOS
Uno de los pioneros del romanticismo, Ludwig van Beethoven compuso un par de obras que fueron dedicadas a dos personas muy importantes e influyentes en su vida. La primera, titulada Concierto para piano Nº 5 en Mi Bemol Mayor, Op. 73, “El emperador”, el cual fue dedicado a su protector, gran amigo y alumno, el archiduque Rodolfo de Austria.
La historia inició en 1809 cuando la ciudad de Viena, Austria, estaba viviendo momentos de aislamiento y conflictos bélicos, debido a la invasión del ejército de Bonaparte. Este acontecimiento hizo que la familia real tuviera que huir del país, incluido Rodolfo de Austria. El 11 de mayo de ese mismo año, los franceses invadieron los alrededores de la ciudad, poniendo en peligro la casa del compositor que estaba en medio de la línea de fuego.
Beethoven no quería irse, por lo que se escondió bajo tierra en el sótano de la residencia de su hermano. Años más tarde, cuando se firmó un armisticio general que regresó todo a la normalidad, estrenó en Leipzig su Quinto concierto para piano, que representa sus sueños de luchador y anhelos de victoria. El nombre de la obra fue dado por un oficial francés que la describió como “un emperador entre conciertos”.
Sobre la segunda obra que traeremos a colación existen dos teorías. La primera de ellas es que nació en 1810, cuando el compositor asistió a un recital de piano. A pesar de su reconocido talento, una niña llamada Teresa se sintió aturdida y salió del escenario mientras lloraba. Beethoven fue tras de ella y cuando intentó calmarla, le prometió que iba a componer una sonata para ella y así fue. Al día siguiente, recibió las partituras tituladas Für Therese.
El musicólogo Ludwig Nohl encontró las partituras y al traducirlas, debido al mal estado de las mismas y la mala legibilidad, pareció confundir el nombre de Therese por Elise, dando como resultado Für Elise. Otra teoría, es que la bagatela fue compuesta para Elizabeth Röckel con quien Beethoven sostenía una buena amistad.