El entusiasmo protagoniza el regreso de las clases a los núcleos

Los integrantes de El Sistema vuelven a las actividades regulares, y se preparan para aprender, ensayar y participar en los próximos conciertos y presentaciones en lo que resta de 2025
Los integrantes del El Sistema han retornado a los núcleos desde el lunes 8 de septiembre para dar inicio a las actividades académicas correspondientes al año escolar 2025-2026.
Poco a poco, las aulas se van llenando con el bullicio y la alegría, pero también con la disciplina y la atención de los pequeños ante sus formadores o directores. Unos chicos más tímidos que otros, algunas niñas más risueñas, otras concentradas. Jovencitos practicando para estar a la altura de las exigencias, jóvenes adultos involucrados de lleno en sus partituras. Así se perciben los espacios en los núcleos, dispuestos a llenar de notas y armonías los meses restantes del 2025, para aumentar los repertorios y la excelencia que caracteriza a El Sistema.
El retorno a clases significa el reencuentro con amigos, con compañeros de atril, con colegas de instrumento. Adrián Rojas (16 años), guitarrista del Programa Alma Llanera en el CAR Los Chorros, dice que este regreso implica “ver clases, pulir más mi talento como guitarrista y la emoción de encontrarme con mis compañeros”. En otro salón de ese núcleo, Steven Arteaga (10 años), de Iniciación Musical, se empeña con su cuatro en el aprendizaje de los acordes y los rasgueos; mientras Anabella Mora (11 años), de Alma Llanera, está contenta de volver “para avanzar y poder llegar a un mejor nivel en la música”.
En otra parte de la ciudad, los niños del Programa Nuevos Integrantes (NIS) e Iniciación Musical disfrutan de una clase colectiva, con flautas dulces, tambores y egg shakers en el Núcleo La Carlota. En otro espacio, un grupo del Programa Alma Llanera ensaya Compadre Pancho, coordinando el canto con el rasgueo de sus respectivos cuatros, mientras la profesora marca el compás.
En el piso superior, la cátedra de violín ensambla a un grupo preinfantil en el que, justamente, había dos nuevas integrantes, Nazareth Baena (8 años) y Paula Sofía García (6 años), contentas y con grandes expectativas por las emociones que le depararán aprendiendo junto a sus nuevos amigos la forma de mover el arco sobre las cuerdas y producir el sonido requerido.
Más adelante, en un amplio salón, los integrantes de la Orquesta Infantil del Núcleo, más algunos integrantes de Iniciación Musical, ensayaban el Merengue del Primer Dedo de Carlos Medrano. Varios jovencitos mostraron su alegría por estar nuevamente en un salón de ensayos. La violonchelista Wilhianny Díaz (15 años) durante sus vacaciones extrañó estar en este lugar y muestra orgullosa su pasión por la música: “Yo recomiendo esta experiencia, que nos permite explorar piezas musicales”. Su compañero de orquesta Ignacio Rivas (9 años), trompetista, coincide sobre todo en el compartir con los amigos “y la gente famosa”. Y en eso de la notoriedad, el pequeño violinista Ángel Pérez (10 años) confiesa que desea “ser famoso cuando sea grande. Me gusta estar aquí porque el núcleo me dio el violín, me gusta tocar nuevas canciones, aprender”.
Igualmente, el violinista Santiago Rincón (9 años) señala: “Me gusta demasiado la música, tengo familiares músicos, como mi tía. Me gusta tocar en conciertos y sentir cómo corre la adrenalina”.
Pero esa no es la única agrupación que ensaya para esta segunda temporada de El Sistema. En el Núcleo Chacao, al igual que el resto de los núcleos y módulos en todo el país, las agrupaciones preparan lo que van a mostrar a partir de este mismo mes de septiembre.
Una de sus integrantes, la violinista Gabriela Olarte (19 años), dice: “Me emociona mucho regresar en este nuevo año escolar, ya que septiembre es un mes maravilloso y para nosotros es todo un honor, un orgullo tener tantos conciertos, tantas oportunidades de seguir avanzando, de crecer como orquesta, de estar con nuestros compañeros todos juntos otra vez y crecer cada día más. Esto es parte de ser músico. Ahora, el 25 de septiembre, tenemos un concierto en el Festival Nacional de Percusión”.
En otro ámbito de la sede de ese núcleo ubicado en el Centro Cultural Chacao, César Alcalá, director de la Big Band Infantil, da indicaciones a sus músicos. En un momento, hace un alto y comenta: “Estoy superemocionado, superfeliz, superorgulloso de ver otra vez a los muchachos. Hoy estamos reiniciando las actividades y, bueno, vean por allá, ¡no faltó ninguno!”. Seguidamente, presenta al más nuevo de sus integrantes, José Daniel Caldera: “Hola, mi nombre es José Daniel. Tengo 7 años y soy cantante de la vida. Soy un el bebé sabor –cantando– y salsero, le canto el amor con sentimiento, con el corazón, porque lo siento”.
Educar mediante la práctica colectiva de la música es parte de los objetivos del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio para el Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.