Ana Lucrecia García trajo más conocimiento para nuestras voces corales
La soprano oriunda de Coro, y formada en los escenarios de España, también impartió clases magistrales de canto lírico para los profesionales del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela
Prensa El Sistema
Los músicos del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela tuvieron la oportunidad de encontrarse, por dos días consecutivos, con la maestra internacional Ana Lucrecia García. Gracias al apoyo que brinda el Conservatorio Itinerante Inocente Carreño, patrocinado por Hilti Foundation, la soprano trajo mucha riqueza de conocimientos para compartir con los cantantes
Esta artista, oriunda del estado Falcón y formada en las tablas de España, ingresó muy joven al Núcleo de Coro, donde comenzó a estudiar violín y formó parte de la Orquesta Juvenil de ese centro de enseñanza. Una vez en Caracas, Ana Lucrecia García formó parte de las filas de violín de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, tiempo en el que comenzó a interesarse en las interpretaciones operísticas. “Me decía, ¡que música tan bonita esa en la que los artistas se disfrazan, actúan y cantan!, decía bromeando durante mis descansos en el Teresa Carreño. Después de eso, comencé a imitarlos por los pasillos, y todos decían que me veían como cantante. Creo que aquello era una afirmación visionaria”, comentó.
Animada por sus maestros de canto y amigos, la intérprete dejó el violín para subir a los escenarios en otro rol. Luego, gracias a una beca de estudios, se radicó en España, y ahí comenzó el desafío de la adaptación. “No fue fácil, porque estaba acostumbrada a mi hogar” expuso. “Me costó mucho empezar de nuevo como estudiante, no tenía mucho ingreso”; sin embargo se llenó de fortaleza, motivada por la responsabilidad con su propio talento.
“De pequeña estaba acostumbrada a la disciplina, algo que también me inculcó El Sistema; aparte, sabía que nada era regalado. Así que, aprender a creer en mí me ayudó a continuar, fue eso y las ganas de seguir cantando”.
Su talento ha sido aplaudido en Roma, Madrid, Barcelona, Berlín, y París, entre otras ciudades, y los papeles que le ha tocado interpretar, han sido de los más apreciados en los carteles de la ópera europea, entre ellos Aída, una de las óperas de Giusseppe Verdi.
Aida presenta la historia de una princesa etíope esclavizada y entregada a un reino extranjero, que en medio de su infortunio, descubre su verdadero valor. A la soprano venezolana le tocó representar, en más de una ocasión, el rol de Aida, un papel que demanda gran intensidad dramática. El conflicto del personaje desencadenó en la artista una confrontación interior, pues aseguró que mientras se encontraba en España “se sentía así, como aquella princesa en tierra de nadie. Extrañaba mi hogar. El drama era demasiado, por eso lo odiaba, porque se fusionaba con mi propia situación” expresó.
No obstante, al relacionarse con el personaje descubrió sus propias emociones y pudo hacer las paces con el papel de Aida, que tantas veces le tocó interpretar en diversos y prestigiosos escenarios, “al final ganó el amor, ahora mismo la quiero mucho y la hago encantada”, dijo con gran emoción.
Clases canoras
Con motivo a su visita a Venezuela, Ana Lucrecia, quien tenía catorce años sin pisar el asfalto caraqueño, impartió por dos días una cátedra de Canto Lírico. Ahí, palpó la riqueza artística de los músicos de El Sistema. Al respecto refirió, “aquí hay un grandísimo talento, una cantera increíble no sólo para el futuro, sino también para el presente. Cuando aprendes a valorar el presente, encuentras riquezas y cada voz es particular. Fue un trabajo estupendo”, dijo.
“Compartir lo que aprendí es un regalo más para mí que para ellos, porque es una forma de retribuir a mis padres y maestros todo lo que hicieron por mí estando en Venezuela. La constancia de la vida de ellos dejó sus frutos en mi”.
Para agregar a lo experimentado en Caracas, Ana Lucrecia alaba la labor de El Sistema y buscando una expresión para referirse a la institución, afirma que “El Sistema me parece loable, pues, a pesar de las circunstancias siguió adelante y de manera increíble evolucionó. Me voy con una buena impresión y con todas las ganas de volver”.
“Lo más importante que recogí de la sabiduría de mis maestros, es la fe en uno mismo, el conocerte, el confiar en sí misma y la disciplina férrea”, concluye.
Gracias al convenio con el Conservatorio Itinerante Inocente Carreño, patrocinado por Hilti Foundation, se sigue impartiendo conocimientos a los músicos del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector, la Fundación Musical Simón Bolívar está adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.