Con Cármina Burana la apuesta es por el talento venezolano
Bajo la dirección musical de Christian Vásquez, y la dirección de escena de Miguel Issa, la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar, la Sinfónica Juvenil Ezequiel Zamora, los Niños Cantores de Venezuela y destacados bailarines venezolanos, interpretarán la compleja obra de Carl Orff el 17,18 y 19 de junio en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño
Con estiramientos y vocalizaciones comienzan usualmente las jornadas de una agrupación vocal. Desde hace unos meses, otra disciplina se ha agregado para introducir a la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar al movimiento: la danza. Esta vez no es una ópera, es otra experiencia; es cantar, tocar, danzar Cármina Burana con todos los sentidos.
La idea de interpretar Cármina Burana cantando, bailando y tocando para despertar a los cinco sentidos es de una venezolana. Marielig Barroso, creadora del montaje, introdujo a otras dos figuras del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, además de la coral: al maestro Christian Vásquez, director musical y a la Sinfónica Juvenil Ezequiel Zamora, formada en Los Valles del Tuy. A ellos se suman 30 de los mejores bailarines venezolanos.
Para interpretar una parte de la colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern (Alemania) en el siglo XIX, veinticinco poemas para ser exactos, el coro canta y se mueve, bajo la mirada fija del venezolano Miguel Issa, director artístico de la puesta en escena que se realizará este 17, 18 y 19 de junio en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño.
Esto se escucha mientras el movimiento corporal de treinta bailarines, principiantes y avanzados, se apodera del espacio. Evaluando compases y ritmos, los jóvenes, provenientes de diversos lugares, expresan a través del movimiento estos poemas donde el gozo por vivir, el interés por los placeres terrenales, el amor carnal, el goce de la naturaleza y su crítica satírica a las clases sociales es lo principal. Por los pasillos del teatro se escuchan tres idiomas, pues la obra está escrita en latín, en alto alemán medio, conocido como un conjunto de dialectos históricos que en la actualidad han desaparecido, y en francés antiguo. Básicamente hablan tres lenguas que no se pronuncian desde la edad media, en las que casi nada suena como nuestro idioma materno, el español. Y para esta ocasión, se actúa sin partitura; la memoria no puede fallar.
El responsable del podio es el maestro Christian Vásquez, reconocido director venezolano. La Sinfónica Juvenil Ezequiel Zamora, una orquesta formada en Los Valles del Tuy, afina mientras el director revisa su partitura junto a tres jóvenes, integrantes de El Sistema: Génesis Moreno, Jesús Villamizar y Fernando Escalona, quienes serán los solistas durante los tres días de música medieval. La juventud, al igual que el talento, se nota desde la última butaca de la imponente sala.
La cantata escénica del siglo XX, compuesta por Carl Orff, entre 1935 y 1936, está a punto de vibrar en violines, clarinetes, violonchelos, trompetas y abundante percusión de la orquesta, conformada por ochenta jóvenes.
La unión de todas las disciplinas en un escenario, con un espectáculo 100% venezolano, es la mejor descripción de lo que viene después de la afinación de la orquesta: la apuesta por el talento de la juventud venezolana.