Edicson Ruiz: “En El Sistema hay una voluntad acentuada”
El maestro contrabajista tiene un concierto el próximo sábado 26 de noviembre, junto al violinista Thibault Vieux y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar dirigida por el maestro Christian Vásquez
Prensa El Sistema
“Las calles siguen iguales”, dice el maestro Edicson Ruiz al hablar de La Candelaria, la urbanización caraqueña en la que vivió los primeros 17 años de su vida. Hace 20 años, el contrabajista fue aceptado por la Filarmónica de Berlín y se convirtió en el más joven y en el único latino miembro de la orquesta.
El maestro regresa a Venezuela y a El Sistema tras 10 años de ausencia, como parte de la programación del Conversatorio Itinerante Inocente Carreño (CIIC), bajo el auspicio de Hilti Foundation. Confiesa, con pausa y humildad, que aún no siente que hayan pasado dos décadas desde que se mudó a la capital alemana. Aún se maravilla con la música y se permite descubrirla con asombro todos los días, como él mismo dice. Con una gira por Europa en puertas, el maestro habla sobre su regreso a Venezuela y a El Sistema.
Han pasado 20 años desde que fue aceptado en la Filarmónica de Berlín, ¿qué ha cambiado para usted?
No siento que haya pasado tanto tiempo, para mí parece que fuera una semana. Quizás porque, en medio de todo, no me he terminado de acostumbrar a la cultura alemana. Sobre todo, en cuanto a la comunicación tan formal.
Ya tenía 10 años sin venir a Venezuela ¿cómo ve el país?
Confieso que tenía miedo de venir. Es la primera vez que vengo y no había nadie de mi familia para recibirme. En un momento casi me arrepiento pero los pros, como viajar con Christian, pesaron más que los contras. Pensé que me sentiría ajeno, pero la gente, la calidez, las calles siguen iguales. Me encontré con la gente que siempre estuvo ahí para mí, como Ana Cecilia (Abreu), mi madrina, quien me confirmó junto con el Maestro Abreu. Solo hay uno que otro edificio nuevo. La gente sigue sonriendo a pesar de las vicisitudes. Sigue, sigue, sigue; no se para por nada.
¿Y cómo encontró El Sistema?
No me vas a creer, pero no siento la ausencia del Maestro Abreu. Él está aquí, está presente en el dinamismo de todos los trabajadores del Centro Nacional de Acción Social por la Música, que día y noche están en mil proyectos, en mil tareas. Los niños están tocando, cantando y luchando, las cámaras están grabando… ¡No se ha detenido nada! Lo que siento es que todo va como si él estuviera al frente. En el edificio, en el trabajo, en la obra de la Sinfónica Nacional Infantil… yo estaba en un taller anoche y los chicos tocan mejor que nosotros. Nosotros a esa edad, la Nacional Infantil de 1996, no tocábamos tan bien como ellos. La fila de contrabajos de ahorita es superior, tocan afinados. Aquí ha habido una evolución, digamos que artísticamente genética.
El maestro está más vivo que nunca, en esos niños que tocan a pesar de todas las carencias que puedan tener. Justo como él se los imaginó: absortos, obsesionados, distraídos, entregados, ocupados, rescatados, salvados, protegidos de la realidad.
Ha viajado por el mundo ¿ha visto algo semejante?
No, en El Sistema hay una voluntad muy acentuada en todo, de surgir, de ser mejor, de echar pa’lante. En otros lados quizás lo puedan tener más recursos, pero aquí la voluntad es ferviente, van como ciegos. Es avasallante.
¿Qué es lo que más ha extrañado de Venezuela?
El clima, las playas, la comida. Desde que llegué he desayunado con carne mechada casi todos los días. ¡Hoy me comí una cachapa! ¡Una cachapa de verdad, de maíz, no de harina precocida! Tenía 7 años sin comer una. Venezuela es un país muy generoso, que ha sido bendecido con su clima, su gente, su cultura. Aquí hay de todo, todos los que han pasado han dejado su granito de arena: los italianos, los franceses, hasta los alemanes. Creo esto se ha convertido como en un manglar de sabores, de costumbres, de tradiciones. Este es un lugar muy especial.
Tras todos estos años de trayectoria ¿ha cambiado su visión de la música?
Todos los días cambia. A veces reviso una partitura y aquello que venía trabajando hace 10 años ya no me gusta. Es un proceso, llevado por el caos quizás. Sé que a veces uno trata de resistirse pero la vida te sigue empujando. La música, mi música, ha cambiado. Recuerdo cuando estuve en Brasil en 2013, conocí a un compañero de contrabajo que me había escuchado en YouTube en un video de 2007 y me dijo, algo decepcionado, que mi música era diferente, que ya no era lo mismo. Pero sucede que uno cambia, los gustos se transforman. Uno es un proceso.
¿Aún se maravilla con la música?
Todos los días. A veces estoy en un avión o en una habitación, estudiando una pieza con la que tengo tres años trabajando y me cambia todo. ¿O me enamoro de una nota? ¿o algo me está pasando por encima. Es así, como la vida, que me maravilla todos los días.
Ha acumulado muchos logros ¿qué sientes que le falta?
He logrado más de lo que me hubiera imaginado y estoy bien con eso. ¿Qué me falta o que esperaría tener? Salud para seguir tocando, soñando, haciendo cosas como estas (los talleres que dicta en El Sistema), aprender conciertos nuevos, que no están en mi repertorio. Y tocar bien, tocar más en este continente.
Habló anteriormente sobre YouTube…
Sí, Venezuela y su música son referentes es en parte gracias a esas plataformas. Tenemos repercusión mundial. Hay grabaciones que son famosísimas gracias a YouTube. Ninguna disquera tiene esa efectividad en la distribución.
¿Aún se pone nervioso antes de subir al escenario?
¡Muy nervioso!
¿Y qué hace para calmar los nervios?
Prepararme bien, estudiar. Tener los conciertos memorizados, ejercitar las 4 memorias, la intelectual, la visual, la auditiva y la muscular. Una buena rutina de higiene del sueño. Me cuido, tomo suplementos minerales y multivitamínicos, proteína de suero de leche y proteína animal, por supuesto. Es importante que los músculos tengan lo que necesitan porque están sometidos a un desgaste brutal. Hago yoga, pilates.
¿Y su rutina es estricta o no tanto?
Hay momentos en los que me lo tomo relajado y no pasa nada porque ya he venido trabajando. Pero hay que tener disciplina porque si lo dejo, se puede complicar todo. Hay que entrenar, fortalecer los músculos, estirarse. Y obviamente está la parte espiritual, rezo mucho. Desde que mi mamá partió, rezo un rosario diario. Eso me conecta con Dios, quien es que da las habilidades y los talentos y quien te los va a quitar con la vejez.
Volver a casa
El maestro Edicson Ruiz sigue una apretada agenda de actividades en El Sistema, en la que además de tener una serie de conciertos, dicta clases magistrales de contrabajo. El domingo pasado se presentó junto con la Orquesta SInfónica Juan José Landaeta, dirigida por el maestro Christian Vásquez, en la Sala Simón Bolívar.
Este sábado 26 de noviembre, a las 5:00 pm, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar dirigida por el maestro Christian Vásquez, interpretará la Sinfonía Alpina, Op. 64 de Richard Strauss, el Rondó Capricioso Op.28 de Camille Saint–Saëns con la participación solista del violinista Thibault Vieux y finalmente el estreno en Venezuela del Concierto para contrabajo del compositor uruguayo-venezolano Efraín Oscher con el maestro Edicson Ruiz en el contrabajo.