El director francés Cristophe Talmont se declaró un enamorado de Venezuela
La visita del director de orquestas y especialista de canto lírico formó parte de las actividades del Conservatorio Itinerante Inocente Carreño, auspiciado por Hilti Foundation
La curiosidad por conocer el trabajo que se realiza en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela hizo que aceptara una invitación a nuestro país hace más de 7 años. Después de dos visitas, encontró una forma diferente de trabajar la música. También encontró amor, buenos amigos y un lugar para comenzar una nueva vida. Venezuela le brindó lo que necesitaba para superar un duro momento, y desde hace 6 años tiene residencia fija en el estado Mérida.
Su nombre es Christophe Talmont, director de orquesta, quien es francés de nacimiento pero venezolano de corazón, pues decidió declararse hijo adoptivo de esta tierra, a la que considera un lugar mágico para vivir.
“Yo vine dos veces de visita invitado por la Alianza Francesa. Estaba muy interesado en el trabajo y en el movimiento del El Sistema, porque vi a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar dirigida por Gustavo Dudamel en una gira en Europa. Quedé impresionado de la manera en que esos jóvenes interpretaban la música académica. La energía que vi en ellos fue refrescante”.
Si bien Talmont vino a cumplir con una agenda laboral, las circunstancias le ofrecieron una oportunidad de rehacer su vida bajo el cielo de Mérida. “Al año siguiente de mi primera visita, me tocó regresar para dirigir la Ópera Carmen. Estaba contento de volver, pero también deprimido por un problema personal que estaba atravesando. Pero como Venezuela es mágica, su cielo me ofreció el amor de una venezolana y fue entonces cuando decidí quedarme a vivir”.
Para Talmont volver a Francia no es una opción viable en este momento.
“¿Por qué todavía sigo en Venezuela? La respuesta es muy fácil. Porque esta tierra tiene una energía muy especial y muy positiva que no tenemos en Francia. Para nosotros todo es dramático y aquí a pesar de todo, siempre hay una sonrisa hermosa para regalar. Esta tierra es bendita, hay una riqueza natural excepcional, una riqueza de talentos sin límites y una ganas de seguir trabajando por salir adelante tal cual como lo hace El Sistema cada día”.
Sus palabras de elogio también las dedicó al legado del Maestro José Antonio Abreu. “Su alma sigue aquí con nosotros. En su paso por esta vida fue dejando y creando grandes cosas y es por eso que hay que seguir luchando, para que sus ideas, y sus sueños sigan en pie, y para que cada generación continúe con esta labor. Él dejó un terreno sembrado de creación, creatividad y de ejemplo de trabajo, moral y amor por la música. Yo solo puedo darle las gracias por haber cambiado la imagen de la música académica”.
También brindó un mensaje para los músicos:
“En este momento es importante seguir tocando, cantando y luchando. Aquí hay talentos que florecen en todos lados, que siguen trabajando con disciplina y trabajo. Yo conozco Venezuela y he visto el talento que emerge de sus tierras. Nuestra labor como docente es enseñar a las nuevas generaciones los valores humanos que se han perdido… Yo lo hago por amor a Venezuela. Tengo un sentimiento de admiración por todos los venezolanos que va más allá de la música. Considero a cada uno de los habitantes como mis hermanos, su humanidad vale oro. Venezuela me enseña cada día a ser mejor, y por eso tengo que decir gracias por enseñarme a vivir con humildad”.
Gracias al Conservatorio Itinerante Inocente Carreño, auspiciado por Hilti Foundation se facilitan intercambios como maestros como Christophe Talmont, quien aporta su energía al trabajo del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.