El Ministerio Público realizó capacitación para representantes de los núcleos del Distrito Capital
Los especialistas Gustavo Medina (psicólogo) e Yvismar Zapata (fiscal) presentaron la charla “La pedofilia es crimen” con el fin de adquirir conocimientos sobre estas modalidades criminales y cómo proceder en el caso de que se presente una situación de ese tipo.
PRENSA EL SISTEMA
Pedofilia y pederastia, dos términos de los que la sociedad prefiere no hablar. Pero hay que hacerlo, y más cuando se está a cargo de niños, niñas y adolescentes. Por esta razón, en la sede del Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm) se ofreció la charla “Pedofilia es crimen”, a cargo de los especialistas del Ministerio Público, el psicólogo Gustavo Medina y la fiscal Yvismar Zapata, el pasado jueves 14 de noviembre.
La Sala Anfiteátrica 1 recibió a los directores y coordinadores de los núcleos del Distrito Capital, y a los coordinadores de asuntos jurídicos de La Guaira, Barlovento y Guarenas-Guatire, quienes atentamente recibieron la capacitación que les permitirá prevenir situaciones irregulares
DECANTAR LAS DIFERENCIAS
El encuentro dio inicio con el doctor Gustavo Medina, psicólogo especialista. A través de diapositivas e interacciones dinámicas con los asistentes, estableció, en primer lugar, la diferencia entre pedofilia y pederastia. En el primer caso, pedofilia, se trata de un “trastorno mental, tipificado como parafílico. Es un trastorno de la alteración de la sexualidad natural”, señaló Medina.
Describió que en ese caso hay presencia de fantasías e impulsos sexuales excitantes, sobre todo en contra de menores de 13 años de edad, y “lo realizan personas que al menos tienen una diferencia de 5 años mayor que las víctimas. Cuando el trastorno aparece, la persona no lo puede controlar. Si se trata de un adolescente pedófilo, se trata a tiempo, se atiende y se previene que se convierta en pederasta”.
Por eso diferenció: “el pedófilo no necesariamente consuma el acto, que sí lo hace el pederasta. En el perfil del pedófilo, hay fallas en el control de los impulsos, aparece en la pubertad y la adultez temprana”, y se identifica porque “ejerce roles que le permite interactuar libremente” con sus potenciales víctimas. “Es un deseo que se va autodescubriendo. No es elegido, es involuntario”, puntualizó Medina.
Para alertar a los asistentes sobre cuán peligrosa puede ser la conducta de una persona con estos rasgos y cuán fácil es la persuasión, el doctor Medina proyectó un video, “El hombre de algodón”, producido por UNICEF , donde se demuestra cómo una persona, revestida con algodón de azúcar, atrae a los menores ante la mirada de los padres y representantes. Al final, ese hombre les entrega a los mayores responsables un papel donde los alerta sobre los peligros de un seductor.
Por eso, el facultativo fue enfático: “hay que hablar con los niños, apartar el tabú, hablar con comodidad y llamar las cosas por su nombre. No se le llama dulce, ni chocolatito”. También recomendó tomar en cuenta la ruta de denuncias: cuerpos policiales, consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y Ministerio Público, y que acudan las víctimas, los padres y responsables, los maestros y personal responsable en los núcleos.
Del mismo modo, Medina clarificó que puede haber agresión sin contacto, como cuando desde las redes sociales se ofrecen contenidos pornográficos. “Con contacto, que es el caso de los pederastas, puede ser sin penetración (con situaciones incómodas, caricias y besos); y con penetración”. Lo importante es tomar en consideración la actitud del niño, niña o adolescente (NNA), “ver qué le ocurre, supervisar cualquier conducta anormal”.
Dentro de las preguntas de los asistentes, alguien reseñó que a veces se hacen las denuncias y resulta que el menor, al parecer, solo quiere fastidiar a un maestro o mayor. El especialista contestó que el 98% de las veces cuando las víctimas denuncian, resultan ser ciertas, y que apenas un dos por ciento no lo son: “si un NNA dice que está abusado, créalo. El Ministerio Público esclarecerá si es verdad o mentira. Si yo juzgo que es mentira y no se investiga, se puede crear un abusador en el futuro. Créanle, denuncien, notifiquen y que sean los organismos que se encarguen”.
El problema es que los agresores “hacen sentir a sus víctimas que son especiales o son los preferidos. Esto genera problemas emocionales, como culpa, miedo, vergüenza, ansiedad, estrés, tristeza, y temores que se generalizan en pesadillas y alteraciones”, destacó Medina, y subrayó que “los indicadores de que un NNA ha sido abusado son las alteraciones en la alimentación, la higiene, el sueño, la recreación y la socialización”.
Para actuar de manera sensata y no apresurarse ante la detección de esos indicadores, el psicólogo recomendó una escucha activa, “sin cuestionamientos ni críticas, sin emitir juicios, brindar un ambiente de seguridad para que el NNA verbalice sin sentirse culpable”.
DENUNCIAR Y EVITAR LA OMISIÓN
Después del psicólogo Gustavo Medina, le tocó el turno a la doctora Yvismar Zapata, abogada y fiscal provisorio centésimo con competencia en atención a NNA. En su intervención detalló los mecanismos legales para conducir una investigación en casos de abusos por parte de pedófilos o pederastas.
Comenzó puntualizando que “la legislación venezolana no concibe lo imaginario como delito, hasta que no se exterioriza, no se comete el delito, y es lo que pasa con los pederastas o los pedófilos: hasta que no se manifiesta no podemos hablar de delito”.
La doctora Zapata fue determinante cuando precisó que la cultura legal venezolana se basa en la creencia de que el denunciado, desde un principio va preso, “pero hay circunstancias legales, debido a que la ley actúa sobre la base de la presunción de inocencia, hasta que se demuestre lo contrario”, y allí es donde entra el rol del Ministerio Público.
Acerca de los canales institucionales, Zapata indicó que van desde el Ministerio Público, “que forma parte del Poder Ciudadano, nosotros ejercemos la acción penal, investigamos y conocemos los delitos. Lo primero es denunciarlo ante los órganos estadales y jurisdicciones, y en el Ministerio Público decidimos qué órgano policial va a investigar”.
Citó los artículos del Código Orgánico Procesal Penal, en sus artículos 267, 274 y 373, que establece las diferencias entre la denuncia, la denuncia de oficio, la querella y la flagrancia. Pero, sobre todo, resaltó que cualquier persona puede interponer la denuncia.
“Los órganos que reciben las denuncias son el Ministerio Público, los cuerpos policiales, los consejos de Protección NNA y la Defensoría de NNA”, los dos últimos solamente reciben las denuncias, mientras que los primeros reciben e investigan. Otros entes que pueden recibir las denuncias son los juzgados de paz comunal, las prefecturas y jefaturas civiles, las unidades de comando fronterizas de las Fuerzas Armadas Nacionales y los tribunales de municipios en las localidades.
De manera que lo importante es interponer la denuncia ante un caso de abuso contra un NNA. Sobre ello, la fiscal alertó que “el hecho de denunciar no hace a la persona parte del proceso”, y lo peor que puede ocurrir son los casos de omisión “voltear para un lado y no ayudar”.
Las recomendaciones de la doctora Zapata sobre qué hacer en caso de presentarse una situación de abuso: “primero conversar con el NNA, para que pueda explicar y diga quién es el responsable. Para esto, es importante hablar sin tabúes. En segundo lugar, acudir a formular la denuncia ante los organismos competentes, y luego, separar de manera inmediata y preventiva al presunto agresor del NNA”, y destacó no omitir la denuncia, ya que la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) es diáfana en sus artículos al penalizar de la misma manera tanto al agresor como a quien no denuncia.
“Los coordinadores y directores de núcleos son garantes de los NNA, y pueden ser penalizados según el principio de corresponsabilidad”, acotó. “No es nada más el delito sexual, también el maltrato físico, verbal, incluso en situaciones entre niños, hay que notificar a los padres”.
Con charlas como esta, los responsables de los núcleos, que son los lugares donde se imparten las enseñanzas de El Sistema, están en conocimiento para vigilar y prevenir cualquier tipo de situación. El Ministerio Público igualmente pone a disposición de la ciudadanía el número 0 800 FISCA 00 (0 800 34722 00) para canalizar las denuncias. Del mismo modo, la fiscalía recibe denuncias en el edificio Iberia, avenida Urdaneta (Caracas) todos los días, de 8 am a 6pm, y en la oficina de Atención a la Víctima, en el edificio ubicado en la esquina de Ánimas, avenida Urdaneta (Caracas).
Capacitar a los responsables de los núcleos para velar por la integridad de los niños, niñas y adolescentes son parte de la misión del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.