Félix Mendoza: “El ritmo del corazón del país somos los percusionistas”
El principal de la fila de percusión de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela tocará este viernes, 13 de diciembre, como parte de la programación que El Sistema ha otorgado a los instrumentos que llevan el pulso de la música
Félix Mendoza, quien forma parte de la segunda generación de percusionistas que se han formado dentro de El Sistema y, actualmente, cumple uno de los roles más importantes dentro de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela como principal de la fila de percusión, tocará este viernes 13 de diciembre el Concierto para timbales y orquesta, de Werner Tärichen, como parte de la programación de la Semana de la Percusión. El músico oriundo de la localidad de El Tigre, en el estado Anzoátegui, estará acompañado por su orquesta matriz y el director Rafael Payare.
Mendoza nace bajo el techo de una comarca musical. Su abuelo, creador de bandas musicales infantiles; su padre, el que “toca de todo un poco”; y su tío, el baterista Andrés Briceño, influenciaron sus inicios en la música a la edad de 7 años. Luego, formalmente, lo hizo su profesor del núcleo, Javier Díaz, y su maestro del Conservatorio de Música Simón Bolívar, Iván Hernández; ambos alumnos del profesor Edgar Saume, homenajeado de la Semana de la Percusión que se lleva a cabo en el Centro Nacional de Acción Social por la Música.
De niño, Mendoza escuchó siempre referencias sobre el maestro Saume, y de grande lo vivió de cerca. Una vez que ingresó al Instituto Universitario de Estudios Musicales, hoy convertido en Universidad Experimental de las Artes, recibió clases durante seis años de quien fuese, junto a otros compañeros, parte del semillero de músicos que conformaron la primera orquesta de El Sistema.
“El maestro Saume fue muy receptivo en su educación; aunque debíamos regirnos por la programación de repertorio de la universidad, él aceptaba nuestras inclinaciones personales y buscaba material de acuerdo a las preferencias de cada alumno. Ahora que estoy del otro lado como profesor de la Academia Latinoamericana de Percusión, considero importante, sobre todo en la etapa inicial de aprendizaje, ser exigente con la enseñanza de los fundamentos básicos”, expresa quien además forma parte del Ensamble de Percusión Atalaya, inspiración para nuevos percusionistas e impulsor del Festival de Percusión de Los Llanos que, en este 2013, llegó a su octava edición.
Así como el maestro Saume no solo se dedicó a la música clásica, sino que incursionó en otros géneros musicales, como el rock y el jazz, Mendoza no solo se ha dedicado a tocar instrumentos de percusión, sino que tiene preferencias por ejecutar sonidos sin el uso de las baquetas. “Me gusta mucho el teclado, quiero llevarlo a un alto nivel (…) De pequeño me llamó la atención la trompeta, pero era muy pequeño. Sin embargo, después de grande, recibí clases y aprendí. La toco cuando estoy en casa o en parrandas familiares”, cuenta, quien además, tiene un grupo de música Godspell.
“El ritmo del corazón del país somos los percusionistas”, asegura Mendoza. Quizás no está equivocado; la percusión lleva el pulso de la música, se baila a su son, se toca a su tempo .