Francis Gagliardi: “Somos una constelación sistema, crecemos porque todos lo estamos alimentando”
Como representante del programa “Chispa” creado por la Academy for Impact Through Music (AIM) de Hilti Foundation, la facilitadora –formada musicalmente en El Sistema y residenciada en Londres– brindó estrategias educativas a un grupo de formadores y responsables de los niños y jóvenes dentro de la organización venezolana
PRENSA EL SISTEMA
La cornista venezolana Francis Gagliardi se formó en El Sistema y, tras años de estudios musicales y pedagógicos, logró establecerse en Londres, donde dirige el programa “Núcleo”. En su búsqueda de nuevas estrategias de aprendizaje, se integró la Academy for Impact Through Music (AIM), donde se tituló en la primera cohorte de Firebird Fellowship, un programa de 15 meses que experimenta con la educación musical, especialmente, en programas sociales.
Con el objetivo permanente de contribuir a superar la desigualdad social a través de la música, crearon “Chispa”, una versión más corta de su programa, enfocada en dar herramientas a Latinoamérica. Gagliardi, como egresada del programa y coach avalada por AIM, fue seleccionada para hacerlo en su Venezuela natal.
La maestra –con este reto en las manos y a pocos días para terminar 2024– se organizó para crear un taller que se pudiera implementar en una institución como El Sistema, que se aproxima a cumplir cincuenta años promoviendo la práctica colectiva de la música como el método pedagógico que ha formado a grandes músicos, maestros, y profesionales en distintas áreas.
A través del Conservatorio Itinerante Inocente Carreño y el apoyo de Hilti Foundation, Gagliardi estableció un plan de tres días y 25 horas de formación dirigido a profesores de El Sistema, que se dictó en el Centro de Acción Social por la Música.
Este laboratorio educativo busca experimentar con estrategias de inteligencia emocional y contribuir con la forma de enseñanza musical. A su vez, pretende fortalecer aspectos como la autoestima, la autorregulación de sus emociones, expresiones, entre otras.
¿Cómo nace el programa “Chispa”?
El programa Chispa inicia como una forma de expandir a una población mucho más numerosa, este marco de educación referencial que tenemos en la Academy for Impact Through Music, que es considerado un laboratorio con el que buscamos precisamente que se experimente con la educación en programas sociales. Nos reunimos en Medellín (Colombia) para entender que era valioso en el contexto latinoamericano. Como algo que fue creado quizás por europeos y norteamericanos puede adaptarse a nuestra realidad, nuestras necesidades y cómo nosotros podemos llevarlo a esos contextos. Precisamente durante esa reunión diseñamos cuál era el lenguaje a usar, qué tipo de actividades eran las más valiosas, de qué forma podríamos llegarle más a la población. Estas formaciones se van a hacer a partir de diciembre 2024 y por el resto de 2025 en México, Perú, Colombia, Brasil, Chile y Venezuela.
¿Cómo planificó el llevar este programa a El Sistema?
Quería llevar esto a Venezuela porque le veo el valor. Yo no siento que en Venezuela alguien como yo deba decir cómo enseñar música, porque tenemos 50 años enseñando música y siendo referentes en el mundo. Ahora, me pregunté: ¿cómo llevamos lo pedagógico a un nivel tan alto como lo musical? Entonces, me pareció que esta visión que trae AIM podría ser valiosa, especialmente para todas estas personas que están allí, como decimos nosotros, metidos en la candela, en los núcleos, con los niños. Tenemos incluso en este taller personas del programa penitenciario que están un poco preguntándose: ¿qué hago con la gente?, ¿cómo los motivo y cómo me motivo yo?, ¿cómo me mantengo al día con todo lo que está pasando en el mundo con todo lo que está pasando en el país? y llevarlo a un espacio que se convierta en algo transformador, no solo a nivel musical, sino a nivel social, personal, psicológico, emocional y empezar a tener este desarrollo muchísimo más holístico.
El Sistema ha establecido una pedagogía única en el mundo: la práctica colectiva de la música. ¿Cómo contribuye Chispa en este proceso?
Noté que las personas que han estado asistiendo al taller logran muchísimas más cosas con sus estudiantes que lo musical, pero no se están dando cuenta de ello. No están del todo conscientes de que mientras están haciendo una práctica colectiva están desarrollando la justicia social o que mientras están apoyando a ese estudiante en el que nadie cree, están ayudando a la autoestima o a la autorregulación. Cuando traemos algo como este marco, les damos los conceptos muy específicos para que ellos los busquen dentro de sus clases y digan: ‘claro, es que sí es cierto, yo tengo comunidad en mi clase’. Por ejemplo, en uno de nuestros aspectos están las relaciones: entonces dicen: ‘sí hemos construido relaciones muy fuertes dentro del aula de clase’, y los profesores empiezan a darse cuenta de cuáles son sus fortalezas en el salón, pero luego cuando hablábamos de un aspecto como la autonomía, o un aspecto como la expresión, yo les pregunté si sus estudiantes son capaces de elaborar ideas y expresarlas de forma concreta, profunda, elaborada, bien pensada y se sienten cómodos expresándolo, se sienten bien transfiriendo esa expresión verbal en lo musical, están dando algo más allá que tocar las notas y el ritmo superbién, y es cuando caen en cuenta en cómo con la enseñanza pueden contribuir en estos aspectos de sus vidas.
Otro de nuestros aspectos es la metacognición. ¿Tu estudiante es consciente de lo que sabe de lo qué está haciendo del porqué está haciendo lo que está haciendo? Y cuando hablamos de todo esto se dan cuenta, que ciertamente nosotros sí tenemos algo que aportar a la clase para que ellos desarrollen más estos aspectos como la metacognición, la autorregulación que va más relacionado con las emociones y como tú te sostienes a ti mismo emocionalmente. Allí es cuando hablamos de estas dos cosas en las que enfoque todos estos tres días las contribuciones de los docentes y los resultados de los estudiantes.
En el caso de los resultados de los estudiantes son todos estos aspectos, muy específicos, que a nivel personal, emocional e incluso musical, los estudiantes van a mostrar dependiendo de las contribuciones que tengan los docentes, y por ende una planificación y un propósito intencionado que no dejen nunca de lado la calidad musical. Entonces, si desarrollan aspectos como los que mencionaba y tendremos estudiantes mucho más reflexivos que sí pueden hablar con libertad, sí pueden elaborar sus propias ideas y no están simplemente repitiendo lo que otras personas les está diciendo para tener una sociedad o empezar a educar ahora con mayor conciencia.
¿Qué significa para usted poder aplicar Chispa en la institución en la que creció?
Yo estoy increíblemente agradecida con todo lo que El Sistema me ha dado desde muy pequeña. Yo sé que la persona que soy hoy, es gracias a todas esas personas que estuvieron en mis clases, mis profes, mis coordinadores y todas esas personas que de alguna u otra forma me estaban apoyando constantemente y aportaron un poco a esa Francis que soy hoy. Creo que ha sido eso lo que ha alimentado mi hambre, mis ganas de volver a mi país y de regresar un poco de lo que he tenido la fortuna de aprender. Creo que en eso consiste este programa que ya tiene 50 años, en que cada persona recibe, pero también da. Somos cada vez más y más personas que podemos traer y alimentar y hacer que esto crezca y que no haya solamente una estrella que crece de forma individual, sino que somos una constelación sistema que crece porque todos la estamos alimentando.