Giancarlo Castro: El nombre detrás de los latidos que unen a una nación
El compositor del nuevo himno de la selección venezolana de fútbol confesó lo mucho que trabajó, tras conocer que su nombre era el escogido para materializar la obra Latidos Vinotinto
Prensa El Sistema
“Lucharemos juntos por lograr el triunfo un color que une a soñar”, esta es una de las estrofas que componen la obra musical creada por el barquisimetano Giancarlo Castro D’Addona, compositor y trompetista, formado en El Sistema y quien tuvo la responsabilidad de ponerle música a una pasión como lo es el fútbol.
Giancarlo Castro D’Addona, formado en El Sistema, desde muy temprana edad, fue parte fundamental de la generación de músicos que brilló por el mundo en los años 90 y comienzos de los 2000, sin embargo en 2004, con solo 22 años, inició su formación como compositor, área en la que dio frutos que lo hicieron destacar.
Entre sus primeras obras están: Grand Fanfare, Llegada de un Noble Maestro y Walking Faster, Concierto para violín y cuerdas titulado “Concierto sureño”, y esta lista ha crecido en dos décadas, pues posee más de 35 obras a la que se suma Latidos Vinotinto, y la que no solo refleja la unión entre música y fútbol, sino que en ella está representado el legado del Maestro José Antonio Abreu, al integrar la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, la Coral Nacional Simón Bolívar y los Niños Cantores de Venezuela, en un himno que promete sonar en cada rincón del país y al lugar donde se pare cualquiera de las distintas selecciones del balompié nacional.
El músico y compositor, también se ha destacó con la batuta al dirigir agrupaciones como la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, Orquesta Sinfónica de París (Francia), Jazz Band Walking Manizales (Colombia) Orquesta Sinfónica Lara, Simón Bolívar Big Band Jazz, Orquesta Sinfónica Juvenil de Barquisimeto, Orquesta Sinfónica Juvenil Chacao, entre otras. Su excelencia musical lo llevó en 2017 a trasladarse fuera de su natal Venezuela, al ser nombrado director de la Orquesta del Reed College, ubicada en Portland, Oregon, Estados Unidos.
Tras la presentación a los medios de su obra Latidos Vinotinto, retornó a Oregon, donde lo espera mucho trabajo. “Tengo pendientes cinco nuevas obras, una de ellas es un Concierto para trompeta, trombón y banda. Trabajo en una organización donde dirijo una banda y ellos están cumpliendo 100 años y me comisionaron una obra. También estamos buscando patrocinios para hacer un concierto de flauta, y pensamos viajar a unas reservas de nativas americanas para aprender de esta música y quizás plasmarla en una nueva obra para flauta y orquesta”. Sin embargo, antes de irse conversó sobre lo que significó por fin desvelar esta obra musical.
Con todas las responsabilidades y trabajo que tiene en el exterior, sus lazos con Venezuela y con El Sistema siguen intactos, por lo que al recibir la propuesta para ponerle música y letra a una institución deportiva tan representativa como lo es la selección venezolana de fútbol, Castro D’Addona solo dijo: “Encantadísimo, honrado, cuenten conmigo”.
-¿Qué le hace latir el corazón por Venezuela?
Hace 6 años que me fui a los Estados Unidos, y honestamente no hay un día que yo no piense en Venezuela, no hay un día que yo me vaya a dormir y piense en El Sistema o piense en el Maestro José Antonio Abreu, o en el maestro Dudamel y en toda la obra gigante que tenemos en Venezuela que es el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. No hay un día en que no vea las redes sociales de los conciertos de la nueva selección nacional de la Sinfónica Infantil de Venezuela, y de todo lo que pasa en el país relacionado con la música y con El Sistema. Entonces pisar tu patria luego de seis años fue maravilloso. Cuando pise Barquisimeto, apenas bajé las de la escalera del avión porque allá si pisas tierra al bajar, no es como que en Caracas que no tienes esa oportunidad. Al llegar hice esto (pisar con fuerza) y dije: “¡No lo puedo creer, estoy acá nuevamente!”, eso por supuesto que es un fervor, una energía, te renuevas de todo el calor humano que hay en el país y que hay en mi ciudad, Barquisimeto, en el Centro Nacional de Acción Social por la Música. Todas las personas te abrazan y te saludan, es algo que te hace latir ese fervor venezolano.
-¿Cómo llegó a usted la propuesta de realizar la canción que representa desde ahora al fútbol venezolano?
La propuesta vino desde El Sistema. Me dijeron: “Estamos haciendo un convenio con la Federación Venezolana de Fútbol y el nombre que está sonando para hacer una pieza es el tuyo”. Dije: “cómo va a ser, yo encantadísimo, honrado, cuenten conmigo”. Luego conversé con Andrés David Ascanio, director Académico Musical de El Sistema y también con Diego Cristaldo, gerente de mercadeo de la Federación Venezolana de Fútbol, tuve una reunión vía Zoom y me expresó lo que ellos querían plasmar en la obra, pero además me dijo: “Mira la pieza hay que entregarla en enero”. Estábamos en diciembre, por lo que tuve las tres últimas semanas de diciembre, casi me agarró el fin de año terminándola, pues tenía que mandarla en enero para distribuir las partes, que además iban para el interior del país. Luego, en febrero grabamos con Andrés David Ascanio a los niños, y a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Grabamos todo, y luego se hizo una mezcla gigante, que la hizo Eduardo Martínez; estábamos por Whatsapp, él acá en Caracas y yo en Portland, Oregón. Ahí empezamos “Mira súbele aquí a los clarinetes, bájale aquí, panea esto un poquito. Vamos a escuchar a la orquesta”, todo vía Whatsapp hasta lograr esta obra maravillosa.
-¿Qué peticiones tuvo FVF para la creación de Latidos Vinotinto?
Recibí un correo de Diego Cristaldo, en el que narra una historia bellísima de la Vinotinto, de los momentos grandiosos de la selección, así como de los momentos no tan buenos. Era una historia muy linda y le dije: “Para hacer toda esta historia necesitaríamos una pieza de 25 o 30 minutos” y me dijo: “Son solo cinco minutillos”. Ahí le planteé algo con una carga emotiva gigantesca, con muchísima inspiración y mucho positivismo. Me dijo: “Perfecto, eso está buenísimo”. Construí la obra musicalmente, que incluía coro de adultos y coro de niños. Tenía la idea de meter a los niños de alguna manera, pues poseen un timbre tan lindo y angelical. Con la letra, el trabajo lo hice al recordar un poco la historia que me comentó Cristaldo, de los éxitos y fracasos, el positivismo y la inspiración, eso fue lo que plasmé. Las directrices de ellos prácticamente fueron: “¡Hágalo usted!, confiamos en lo que haga”. Me dieron carta blanca.
-¿Qué es luchar para usted?, porque en la letra es una de las palabras que más destaca
Nosotros crecimos con eso. En El Sistema Tocar, cantar y luchar, ese es nuestro lema y este enlace entre la Federación Venezolana de Fútbol y El Sistema, es eso, ese engranaje, perfecto, en el que quiero converger todo lo que significa para nosotros Tocar, cantar y luchar ahora con la Federación. Entonces, lo que quería era incorporar nuestro lema y ahora tenemos: a soñar, a creer, a jugar, a luchar -que nos pertenece a El Sistema – y a ganar; son las cinco frases que van a escuchar desde ahora con las voces de la maravillosa Coral Nacional Simón Bolívar y los Niños Cantores de Venezuela.
-¿Qué siente usted al otorgar esta identidad sonora al país?
Estuve muy enfocado en crear un mensaje de unión sobre todo por este convenio con El Sistema que para mí es una de las instituciones más importantes del país, y obviamente, la Federación Venezolana de Fútbol, a través de la Vinotinto, también. Son dos grandes instituciones que promueven los valores humanos, disciplina al más alto nivel. Hablo mucho de un color que une, un color que nos une está en la letra plasmado, pues justamente es un mensaje. Yo lo decía en una entrevista, luego de la presentación, esto es un mensaje, que yo quiero que vaya no solamente a los deportistas y a los músicos, sino a todos los venezolanos, porque debemos sentir una honra gigantesca por nuestro país, por nuestra tierra, por las cosas hermosas que podemos lograr. Somos individuos extremadamente trabajadores. Mi sueño es que está obra vaya a todos los rincones del país y se cree ese mensaje de trabajo, unión, esperanza, inspiración y positivismo.
Latidos Vinotinto del maestro Giancarlo Castro, logra la unión, no solo del deporte y la música, sino de todo un país en el que cada niño puede soñar y lograr pertenecer a la Selección Nacional de Fútbol o al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.