Joel Maximiliano Polo mostró su destreza musical en la apertura del XI Festival Internacional de Percusión Venezuela
El músico y maestro de la Escuela Nacional de Percusión de El Sistema tuvo la responsabilidad de abrir el evento que hasta el 10 noviembre se realiza en el Cnaspm. El repertorio escogido permitió apreciar sus atributos como figura solista, que le permitieron ganar el primer lugar, en la categoría de Redoblante, en la 17th Competencia Internacional de Percusión, que se celebró en la localidad italiana de Pescara
Prensa El Sistema
Las composiciones Asventuras for snare drum de Alexej Gerassimez, y War drum peace drum de David Reeves permitieron apreciar las habilidades de Joel Maximiliano Polo Carreño como solista. El joven músico y maestro de la Escuela Nacional de Percusión de El Sistema tuvo la responsabilidad de abrir la XI edición del Festival Internacional de Percusión Venezuela, que hasta el próximo 10 de noviembre estará mostrando el avance de este movimiento de instrumentistas y figuras nacionales e internacional, en los espacios del Centro Nacional de Acción Social por la Música.
Abrir el concierto, que seguidamente le permitió integrarse a una de las agrupaciones de las que forma parte, el Ensamble de Percusión Catatumbo, ofreció adicionalmente la oportunidad de apreciar la versatilidad de este intérprete, quien el pasado mes de septiembre se adjudicó el primer lugar en la categoría de Redoblante, en la 17th Competencia Internacional de Percusión, que se celebró en la localidad italiana de Pescara.
De solista, pasó a mostrarse en colectivo, para apoyar la actuación de Catatumbo. Con igual maestría se acopló con sus compañeros para interpretar el repertorio, integrado por las obras Le chant du serpent de Eckhard Kopetzki; Trio per uno I y III de Nebojsa Zivkovic; el estreno mundial de Oda al picadillo, de José Alejandro García; Afta stuba de Mark Ford; y Gainsborough I, II, y III deThomas Gauger.
Sus logros se han hecho más visibles como miembro de la Sinfónica Simón Bolívar, la orquesta pionera del Sistema Nacional de Orquestas y Coros de Venezuela, de la cual es integrante desde 2013; el Ensamble de Percusión Catatumbo y el Festival Internacional de Percusión de Los Llanos, en el que cada año de su participación ofrece ánimo y conocimiento, a los estudiantes de todo el país.
Contrariamente, al temperamento acelerado e inquieto con el que se etiqueta a los ejecutantes de percusión, el maestro Polo, docente de la Escuela Nacional de Percusión de El Sistema y del Conservatorio de Música Simón Bolívar, se muestra sereno. Una serenidad que proyecta en la enseñanza e integración con sus compañeros músicos.
Habla con mucha calma y piensa exactamente cada frase con la que describe sus emociones. Y aunque muy probablemente estuvo al borde del paroxismo cuando le tocó competir en Italia, describe la experiencia de cada eliminatoria con mucha calma. Logró imponerse por encima de ganadores de anteriores ediciones y más allá de este triunfo se maneja con humildad y espíritu de máxima colaboración.
“A cada ronda pasaba a dar lo mejor, pero siempre consciente de que podía pasar cualquier cosa. En realidad viví muchos momentos de tensión, a la espera de los resultados, sobre todo porque yo no quedaba tan conforme con mi ejecución en algunas rondas. Llegué a pensar que en cualquier momento me eliminarían. Sin embargo, tuve en cada resultado una grata sorpresa”, comentó con la seguridad de quien disfruta el resultado de su esfuerzo.
Entre el fútbol y la música
Joel Maximiliano Polo nació Valencia. Comenzó sus estudios en el Conservatorio de Carabobo y más tarde en el Conservatorio Simón Bolívar en Caracas. Paralelamente al conservatorio, se ha dedicado al estudio y ejecución de las maracas, gracias al apoyo de reconocidos maestros de este instrumento como Ernesto Laya y Trino «Chiche» Morillo. En el ámbito orquestal, Maximiliano ha participado en los tours y residencias de la Orquesta de las Américas (YOA) en 2011, 2017 y 2018. Fue miembro de la orquesta Municipal de Caracas (2010 – 2013), bajo la batuta del maestro Rodolfo Saglimbeni.
Actualmente, sigue su carrera como integrante de la Sinfónica Simón Bolívar, el Ensamble de Percusión Catatumbo y un proyecto personal que se llama Stesso Tempo, en el que participa junto con los músicos Wilmer Álvarez, coordinador de la Orquesta Alma Llanera, y los hermanos Laura y Manuel Osuna, violinista y chelista, respectivamente. Tocan música de géneros venezolanos y latinoamericanos. También está cursando una licenciatura en percusión en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, Unearte.
Su carrera musical no comenzó a temprana edad como la de otros jóvenes que pertenecen a El Sistema. A los 18 años sufrió una seria lesión física, que lo llevó a colgar los guantes y los tacos, ya que estaba haciendo carrera como arquero dentro de las ligas juveniles de fútbol del estado Carabobo. Sin embargo, siempre tomaba las baquetas de su tío, que es baterista, y seguía las inclinaciones de su padre, que también es músico.
“Creo que dedicarme a estudiar música de forma sistemática me dio la oportunidad de ascender rápidamente. Cuando llegué a Caracas en 2010 y comencé a trabajar con la Orquesta Municipal de Caracas, rápidamente me ligué a El Sistema, cuando llegué al Conservatorio de Música Simón Bolívar. Entra en la cátedra del profesor Iván Hernández. A través de él, Ernesto Márquez y otros maestros, integrantes de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, audicioné y quedé en la Sinfónica Simón Bolívar. Mi intención es seguir aportando lo mejor a El Sistema y a los niños que buscan su camino en la música”.
El crecimiento de músicos como Joel Maximiliano Polo Carreño engrandecen la gestión del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.