La música se enaltece con mujeres sensibles que disfrutan su profesión
Nuestra institución se enorgullece de contar con el talento y empuje femenino para sustentar su labor en favor de la infancia y la juventud. En esta oportunidad, integrantes de nuestras agrupaciones artísticas han tomado la palabra para destacar la participación de la mujer en la construcción de un modelo de desarrollo social
Prensa El Sistema
En nuestros 45 años de labor ininterrumpida se tejen múltiples historias de vida, en las que las mujeres tienen protagonismo. En el libro diario de cada maestra, titular de fila, solista, cantante y directora orquestal y coral, entre muchos otros roles, se escriben los capítulos de cada una de sus conquistas. Las mujeres que forman parte de nuestras orquestas y coros, desde nuestra fundación y hasta el presente, se han erigido como modelos de seres humanos ejemplares, al cumplir con múltiples tareas que demanda la sociedad moderna, entre las que se cuenta haber logrado una carrera profesional dentro del arte de la música.
Hoy El Sistema expresa un particular orgullo por contar con el desempeño de mujeres excepcionales para la consolidación artística y pedagógica del programa creado por el Maestro José Antonio Abreu. Ha sido su trabajo sostenido el que ha permitido a nuestra institución crecer en la premisa de igualdad de oportunidades, como un valor propio del aprendizaje y práctica musical. La generosidad de las fundadoras para compartir sus conocimientos ha permitido que los programas académicos sigan en avanzada y acojan el talento emergente, con el propósito de equidad en su sano crecimiento.
A propósito de la celebración del Día Internacional de la Mujer, exaltamos la historia y la voz de una pequeña representación del talento femenino que enaltece a El Sistema. En el reconocimiento de cada una de ellas recordamos la importancia de seguir contribuyendo con el desarrollo de género a través de la educación musical.
La violista Rosa María Barrios es integrante de la Sinfónica Simón Bolívar, y comenzó a tocar a los 6 años de edad en el estado Trujillo. Creció dentro de una familia de músicos, en la que su padre fue su primera inspiración. Desde el año 76 toca el instrumento que le permitió integrarse a la familia de El Sistema, donde se identifica con muchas otras profesionales emprendedoras.
“Felicito a la mujer venezolana por su capacidad para superarse y por no tener miedo de asumir retos para alcanzar sus logros. Siempre está dispuesta a ir hacia adelante y conquistar nuevos sueños. A mis compañeras músicos les reconozco el valor de seguir creyendo en esta carrera y luchar contra las adversidades. Admiro profundamente a mi madre, Ramona Uzcátegui de Barrios, por haber alcanzado un lauro de educación superior aún después de haberse entregado a la crianza de una familia. Fue mi primer ejemplo de que las carencias materiales no son una limitante para la superación”.
La violinista Adriana von Buren es integrante de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Comenzó su formación musical en el núcleo de Maracay, a muy temprana edad, y paulatinamente fue audicionando hasta alcanzar la titularidad en las filas de violines tanto en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Aragua como en la OSSBV. Uno de los valores que destaca entre sus congéneres es la valentía para encarar el presente.
“Aprovecho esta oportunidad para destacar que, gracias a la firmeza de muchas abuelas, madres y hermanas, las familias venezolanas tienen la integridad como un valor esencial. Las mujeres que hemos escogido la música como profesión tenemos la capacidad de aportar una sensibilidad especial para enfrentar las circunstancias desfavorables y hacer de cada dificultad una oportunidad. Lo que hacemos con pasión se traduce en logros tarde o temprano, eso lo aprendí de mi madre, quien además me inculcó que la reinvención puede ser infinita”.
El canto es el mejor medio de expresión de la esencia y espíritu de renovación que caracteriza a Florgyneth Pérez, quien integra la fila de contraltos de la Coral Nacional Simón Bolívar desde hace cinco años. La joven conoció el canto como miembro de la Schola Cantorum de Venezuela y de la mano de la maestra María Guinand creció creyendo en la realización personal y en el desarrollo de sus capacidades intelectuales a través del arte.
“No podría estar más orgullosa de pertenecer a una familia en la que diariamente practicamos la perseverancia, constancia y disciplina. Aprendemos a ejercer la solidaridad y a trabajar en equipo para obtener resultados de excelencia. Así que mi reconocimiento a la mujer venezolana y a mis colegas músicos es para destacar su capacidad de dar amor en cualquier circunstancia, lo cual aprendí de mi madre, quien me impulsa cada día a superar cualquier obstáculo”.
Desde los tres años de edad la violinista Nanyelí Ramírez Díaz quedó prendada del sentimiento de alegría que le inspira la música. Haber asistido a los conciertos de su hermana mayor, quien ya tocaba la viola, la motivó a iniciarse en el estudio de los instrumentos en el Núcleo Académico de Montalbán. Apenas ha entrado en sus 15 primaveras y su desempeño musical, como integrante de la Orquesta Sinfónica Juan José Landaeta, da cuenta de una gran madurez artística y emocional, gracias al claro foco sobre sus metas.
“Mi reconocimiento es para todas las mujeres venezolanas que luchamos cada día, bien sea trabajando o estudiando y que ayudamos a Venezuela a ser un mejor país. Quienes escogimos la música no nos hemos equivocado en la construcción de futuros prósperos. Detrás de cada concierto hay una gran suma de esfuerzo, dedicación y sacrificios de los cuales debemos sentirnos muy orgullosas porque cumplen el propósito de alimentar el alma de quienes nos escuchan. Mis logros los dedico a mi madre, quien además de protegerme me ha enseñado que el respeto es básico en cualquier relación humana”.
Génesis Carrasco es violista y forma parte del Programa de Iniciación Musical desde 2019. Tiene siete años y está orgullosa de pertenecer a una familia de músicos, pues sus hermanos mayores son integrantes de la Orquesta Juvenil Metropolitana del Oeste, mientras siguen su formación musical en el núcleo de La Hoyada. Confesó haberse alegrado cuando su mamá le dijo que le habían comprado un instrumento para que también tuviera la oportunidad de hacer música. Esta pequeña también está agradecida del aprendizaje personal que le brinda la música.
“Cuando sea grande quiero ser como mi hermana mayor, porque a ella no le da pena nada y toca muchos instrumentos para enseñar a otros niños. Mi mamá me dice que está feliz de que todos sigamos estudiando y estemos juntos haciendo música. Creo que es una oportunidad que deben tener todas las niñas del mundo y los niños también, porque dentro de una orquesta conocemos la felicidad”.
La promoción de valores de desarrollo humano sigue fortaleciendo a El Sistema, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.