Maestro Frédéric Tardy: El Sistema es una experiencia musicalmente enriquecedora

Tardy contó en esta entrevista lo que El Sistema representa para él y sus siguientes pasos a nivel profesional como músico y profesor.
El oboísta francés, Frédéric Tardy, integrante de la Orquesta de la Ópera de Múnich, regresó una vez más a El Sistema, en esta oportunidad acompañó a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, junto al director venezolano José Salazar, en un increíble concierto que tuvo lugar el 12 de abril en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. Además, se presentó junto al fagotista italiano Carlo Colombo en un recital de Música de Cámara el 11 de abril, como regalo para los músicos de la institución.
— ¿Cómo se sintió al acompañar –una vez más– a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela?
Tuve la oportunidad de tocar con la orquesta el año pasado, la experiencia fue extraordinaria; hoy parece otra. También corrí con la suerte de acompañarlos durante su gira europea, así que conozco la calidad de esta orquesta, que es fantástica, y el trabajo que Gustavo Dudamel realiza con ella es formidable y gratificante, para mí es un gran privilegio. Estoy absolutamente encantado de poder jugar con esta formación, que es muy enriquecedora.
—¿Cómo fue la experiencia de compartir escena con el director venezolano José Salazar?
Es un joven talentosísimo, muy chico, apenas 27 años. Es genial poder empezar tu carrera tan pronto y luego ser alentado por maestros como Gustavo Dudamel. Gracias al maestro Thibault Vieux conocí a Ronnie Morales el verano pasado, en Atenas. Intercambiamos para preparar algo, cuando supe que era él a quien acompañaría, no pude estar más feliz. El encuentro fue muy fluido, muy fácil. Absolutamente perfecto, claro y organizado.
— A su juicio maestro Tardy ¿cuál es la diferencia entre el modelo formativo de El Sistema y el europeo?, ¿puede describir el nivel que vio en sus masterclass?
Naturalmente hay algunas diferencias. Nuestro sistema francés es muy elitista, es decir, al ingresar al Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, por ejemplo, en París o Lyon, solo hay 12 estudiantes en toda Francia. Por lo tanto, el nivel es piramidal y extremadamente alto. Aquí, el funcionamiento es diferente. Es una práctica colectiva que se convierte en práctica individual.
En cuanto al nivel, todavía hay una pequeña diferencia técnica e instrumental, pero se está reduciendo de forma gradual. Es realmente interesante. Además, hay un repertorio que no siempre se asimila por completo y es normal.
— ¿Qué le ha inspirado volver a El Sistema en estos cuatro años?
Es una experiencia superenriquecedora musicalmente hablando. En cuanto me voy, solo tengo un deseo: volver. Es algo extraordinario. Thibault Vieux y yo lo esperamos con ilusión, intercambiamos comunicación constantemente, hablamos, seguimos El Sistema. Queremos continuar compartiendo y sigue siendo una experiencia única. Somos privilegiados de poder beneficiarnos de este intercambio porque damos, pero recibimos aún más, y eso es extremadamente importante.
— Partiendo de ahí, ¿cuáles son los próximos pasos de su agenda musical?
Tengo la suerte de formar parte de la Orquesta de la Ópera de Múnich, y me gano el 90% del dinero ahí porque tenemos mucho repertorio tradicional de óperas alemanas, como Wagner y Strauss. Requiere mucho trabajo individual, y tenemos cinco o seis espectáculos diferentes por semana. Es una actividad intensa.
Después, mi segunda actividad personal son mis clases en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París. Soy profesor por naturaleza, así que dos veces al mes vuelvo a París para dar mis clases. Mi vida musical, en cualquier caso, gira en torno a la orquesta y la docencia. Intento encontrar un equilibrio entre ambas. Las dos son fundamentales. No podía dejar de enseñar para dedicarme solo a la orquesta y viceversa.
Maestro Tardy ¿Seguirá enseñando en El Sistema?
Mi historia con El Sistema es muy corta. Solo han pasado cuatro años desde que llegué. Así que soy un bebé para esta institución. Eso sí, me llena la influencia global que tiene El Sistema en Europa, es decir, es único en su género. El Sistema no cambia, ni complica el enfoque, así es como funciona: hace todo lo posible para organizar y desarrollar a los jóvenes de forma natural, tanto cultural como musicalmente, pero también para convertirlos en ciudadanos.