Marilyn Viloria: “Nunca imaginé que iba a hacer Carmen en algún momento”
El notorio ascenso y desarrollo vocal de esta joven venezolana, de 25 años, la ha convertido en una de las voces más solicitadas dentro del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela
Con tan solo siete años de trayectoria como cantante, la mezzosoprano Marilyn Viloria se ha convertido en una de las referencias de su tipo de voz en Venezuela. Su pasión por la música, disciplina y determinación la han convertido en una de las voces más solicitadas del país y, durante el mes de febrero, asumirá uno de los retos más complejos de su carrera y una hazaña como cantante: interpretar como solista, y durante tres semanas consecutivas, obras de Mahler, Bizet y Beethoven.
El reto comenzará el viernes, 10 de febrero, a las 4:00 pm, junto a la Sinfónica Simón Bolívar, cuando la joven mirandina interprete la Tercera sinfonía de Mahler, bajo la dirección de Diego Matheuz. La aventura continuará cuando encarne el papel de la coqueta Carmen de Bizet, el día viernes 17 de febrero, a las 3:00 pm, y el domingo, 19 de febrero a las 12:00 pm; esta vez, acompañada por la Sinfónica Teresa Carreño, bajo la batuta de Christian Vásquez. Para finalizar con broche de oro, la cantante de 25 años interpretará la Novena sinfonía de Beethoven, con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.
“Cuando me veo en los tres paquetes me digo, guao, son Diego Matheuz, Christian Vásquez, con la Sinfónica Simón Bolívar, la Sinfónica Teresa Carreño y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Es una gran responsabilidad porque son los directores y las orquestas más representativas, no solo de El Sistema sino que, me atrevería a decir, del país. Que además tienen estatus internacional. Recuerdo que hace poco, cuando estuve participando en el Coro Mundial, mis compañeros de Filipinas me preguntaban cómo es esto de El Sistema. Que si conocía a Christian, a Diego o Gustavo y a sus orquestas. Y me sorprendió que ellos, que viven en un país tan lejano y distinto, supieran de ello y me corroboró que todos con su trabajo traspasan muchas fronteras”, contó Viloria.
La cantante, que paseará por tres obras universales y las llevará a escenario completamente de memoria, confiesa la dificultad de presentar en tan corto tiempo el conjunto de obras. “He tenido que estudiar mucho cada pieza. Están escritas en alemán y francés. He tenido que memorizar cada palabra. Mi maestra, Margot Parés-Reyna, es muy exigente, sobre todo con el francés y su pronunciación, porque resulta que ella vivió e hizo carrera en Francia y lo habla muy bien. Entonces no me deja pasar un error. Eso es mucha más presión”.
Para Viloria no basta con estudiar el conjunto de notas escrito por los autores. Esta joven señala la importancia de ir más allá. “Como cantantes debemos conocer el contexto histórico de la obra. Algún hecho curioso en torno a ella. Eso nos da idea de cómo debemos interpretarla. Por ejemplo, leer la novela Carmen de Prosper Mérimée, texto en el que se basa la ópera de Bizet, da detalles y elementos que podemos tomar. En la novela dice que cuando Carmen se molestaba se paraba con la mano empuñada en la cadera, entonces, cuando no tengo idea de cómo ponerme en escena recuerdo lo que dice la novela y lo hago”.
También afirma la importancia de releer e indagar cada pieza así se haya interpretado anteriormente. “He cantado en otras ocasiones la Novena sinfonía de Beethoven, pero eso no quiere decir que no la estudio si la tengo que volver a cantar. Siempre busco el tiempo para repasarla porque así me doy cuenta que llevo mucho tiempo haciendo una nota distinta a la que está escrita, entonces es necesario repetir y repetir. Además de repasar el texto”.
Viloria recuerda que su primera presentación como integrante de un coro mixto fue, precisamente, con la ópera Carmen. “La primera vez que participé en un coro mixto fue en una presentación de Carmen. Eso lo hice en las filas de las mezzosoprano del Coro Metropolitano con la dirección de Sir Simon Rattle y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Ahora haré nuevamente esta magnífica obra. Pero esta vez como Carmen y, sinceramente, nunca pensé que algún día llegaría a hacer de Carmen”.
Viloria ha aprendido a salir adelante, superar las dificultades y siempre dar lo mejor de sí. “Hace algún tiempo presencie la muerte de mi vecina. Y justo el día de su entierro tenía un concierto. Quería ir porque hay momentos que no se recuperan, pero tenía una responsabilidad que cumplir y, en parte, cantar ese día era un homenaje para ella que me acompañó tantas veces a mis conciertos. Ese día fue muy difícil, pero tenía que hacerlo bien. No podía pararme antes de la función y decirle al público: miren, si ven que se me va un gallito o algo es porque estoy de duelo. El público que va a escucharnos no sabe si estamos bien. Si hemos estado llorando en el camerino antes. Eso no es de su interés. Siempre debemos dar lo mejor y la música me da la fortaleza para seguir adelante”.
La carrera de músico también ha implicado sacrificios y mucha dedicación. “Uno pierde días de playa y de rumbas. Mi frase favorita y más usada es ‘no puedo, tengo ensayo’, pero no me importa perder cosas porque ser músico es muy emocionante. Es como estar en una montaña rusa. Conoces muchísima gente y muchas culturas. Hay momentos buenos y momentos malos como en todas las profesiones. Lo que importa es que si amas profundamente lo que haces todo vale la pena”.
Los logros de Marilyn Viloria nos llenan de orgullo y estimulan a los más de 787.000 niños y jóvenes que integran el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio para el Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
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