Orquesta Barroca Simón Bolívar mostrará la música de la Venezuela postcolonial
Obras de Toribio Segura y Juan Meserón se interpretarán en la Sala Simón Bolívar del Cnaspm, como un aporte al enriquecimiento del repertorio de este período y del conocimiento musical
Prensa El Sistema
La riqueza de la música postcolonial venezolana podrá ser apreciada a través de un concierto en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm), durante la presentación de la Orquesta Barroca Simón Bolívar (OSSB) y con la ejecución de las piezas de los compositores Toribio Segura y Juan Meserón,
Bajo la dirección de Boris Paredes, se escuchará la obra de Toribio Segura denominada Gran Marcha al General José Antonio Páez, concierto que además contará con la participación del musicólogo Hugo Quintana. Este especialista disertará sobre la trayectoria de Segura, un autor poco conocido de origen español que llegó a Venezuela en 1837, luego de realizar una gira por las islas del Caribe y permanecer algún tiempo en Cuba, Francia y Estados Unidos.
Quintana -quien es profesor del Departamento de Musicología y de la maestría Musicología Latinoamericana de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela- detalla que Segura fue violinista, guitarrista, compositor, director, crítico y editor de música. Permaneció en nuestro país entre 1837 y 1850, tiempo en el cual ofreció conciertos e impartió clases de violín y de guitarra. Un mes después de su llegada a Venezuela, solicitó su incorporación a la Sociedad Filarmónica de Caracas, con la cual hace su primer concierto en octubre de 1837, cuando estrenó su Gran Marcha al General José Antonio Páez.
Esta pieza está acompañada de una marcha del compositor venezolano Juan Meserón (1779-1842), obra que igualmente será interpretada por la OBSB. De este autor también se presentará la Octava Sinfonía, compuesta en 1822.
“Es una de las poquísimas sinfonías de esa etapa poscolonial, es una obra en cuatro movimientos, como eran las sinfonías clásicas”, detalló Quintana, a la vez que señaló que Meserón fue “el único compositor que hizo oberturas, marchas sinfónicas y sinfonías” en un momento donde la música religiosa acaparaba la escena cultural venezolana.
Para el director de la OBSB, Boris Paredes, la presentación de este repertorio será un desafío, tanto en lo personal como para la agrupación, por lo que los músicos han asistido a charlas con el profesor Quintana para entender el momento histórico en el que fueron escritas, así como se ha hecho necesaria la lectura de textos “para entender el lenguaje, la estética de nuestra música que era muy particular, porque tenía un estilo completamente distinto al que se conocía en la Europa Occidental de la época”
Paredes revela que la complejidad de la Octava Sinfonía de Meserón se manifiesta en el factor sorpresa, al exponer en la composición musical diversos temas muy distintos entre sí y de manera drástica, lo que era inusual en aquel momento. “Hay una diversidad de temas que podemos encontrar en cada uno de los movimientos, lo cual lo hace dinámico y lleno de una inventiva muy particular”, señala.
Para este director, las piezas musicales reflejan el momento histórico por el que atravesaba Venezuela durante el siglo XIX, una vez que obtiene su independencia, el cual se caracterizaba por “una situación de inestabilidad y de intrigas políticas”.
Sobre la Octava Sinfonía de Meserón, el director de la OBSB apuntó que se trata de una obra “muy difícil y es muy poco tocada” por las orquestas de nuestro país, pero que gracias a los aportes de la investigadora venezolana Nahomí López, quien hizo la edición de las partituras, y de las correcciones que en conjunto han realizado los músicos de la OBSB, se ha logrado corregir la construcción de la armonía.
“Tenemos una versión que aún estamos puliendo porque es un trabajo arduo que requiere de mucho tiempo y delicadeza, porque es un repertorio que no se conoce bien y del cual casi no hay grabaciones”, señaló Paredes.
Agregó que Meserón compuso no solo obras religiosas, sino también profanas en el pueblo de Petare, donde residió algún tiempo. “Es muy interesante la vida de Juan Meserón. Fue un músico que estuvo a punto de ser fusilado al caer prisionero por el jefe realista Morales (en plena guerra de independencia). Se salvó gracias a su talento como flautista, ya que deleitaba al tocar, lo admiraban mucho por su manera de interpretar la flauta”, comentó