Venezuela tiene alma llanera
El Programa Alma Llanera del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela se suma a la celebración del 41 aniversario de la institución. Con este programa, la música venezolana crecerá aún más
La música venezolana es un libro de historia. Cada capítulo corresponde a un estado y sobre cada página están escritas las tradiciones de distintas épocas de nuestra tierra tricolor. Sobre la felicidad, el desespero, la gloria y pesar de cada pueblo se canta y se toca; y los miembros del Programa Alma Llanera, que lleva adelante el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, también escriben páginas de ese libro con la esperanza de no cerrarlo jamás.
En un concierto del Programa Alma llanera se puede sentir la esencia del venezolano, la fusión de colores y sus instrumentos musicales, algunos de los cuales son construidos por los mismos que dirigen conciertos. La cualidad multifacética de Venezuela también está reflejado en lo musical.
¿Cómo es el atardecer? ¿De qué están sembrados los campos? ¿Cómo es la gente? ¿Cómo golpea la brisa? Estas y otras preguntas son respondidas a diario por los integrantes del Programa Alma Llanera que este mes se suman a la celebración del 41 Aniversario de El Sistema, a través de conciertos ejecutados por niños, niñas y jóvenes orgullosos de sus regiones.
La enseñanza de la historia cotidiana de nuestro pueblo, a través de la música, es un tema que ha preocupado al Maestro José Antonio Abreu desde la creación de El Sistema. Con el Programa Alma llanera se le ha dado estructura metodológica a esta visión, que antes estaba dispersa en algunas cátedras. Cada profesor del programa se ha comprometido con este objetivo. Alexis Escalona, director del Programa Alma Llanera en la ciudad de Guatire, estado Miranda, explica que con este programa la música tradicional va a seguir creciendo. “Al igual que las orquestas sinfónicas estamos creciendo para atender cada vez más a niños, niñas y adolescentes (…) En el caso de Guatire tenemos tres orquestas, un coro de cincuenta niños, una orquesta de flautas, un cuarteto de saxofones con ganas de aprender; y vamos por más”, aseguró Escalona.
A medida que nos adentramos en este mundo vamos descubriendo la infinita riqueza que ofrece el arte musical en todas sus manifestaciones. La transcripción y armonización de estas manifestaciones es el canal ideal para poder enseñar. Rosa Banus, coordinadora regional de El Sistema en Anzoátegui, asegura que la escritura de la música popular venezolana junto a la multiplicación de los instrumentos típicos inmortalizará la música venezolana.
“El maestro Abreu logró que Venezuela se vistiera de cuatro, mandolina, guitarra y eso es realmente lo importante”, afirmó Banus en compañía de cien niños que interpretaron galerones y polos en Barcelona, estado Anzoátegui.
Mucho habría que decir sobre el desarrollo y las sucesivas transformaciones que ha ocasionado El Sistema en la vida de un niño, pero Edgar Pronio, coordinador regional del estado Bolívar, lo resume en estas palabras: “La música venezolana está intrínseca en nosotros. La incorporación de diversos estilos dentro de El Sistema, esta maravillosa unión, hace que la música venezolana, que ya tiene una dificultad técnica altísima, le brinde al estudiante un resultado gigantesco. 1200 niños en el estado Bolívar son ejemplo de esto”, aseguró.
Las memorias de las calles, las plazas, los lugares naturales, donde se hacían las fiestas tradicionales y donde sucedieron los hechos históricos locales están en la música. La seriedad y el amor con el que trabajan compositores, cultores y profesores para resguardar el sentimiento de un pueblo al mismo tiempo que trabajan para lograr la excelencia académica es admirable. Juntos trabajan para demostrar que la música venezolana está a salvo.