Las notas del Sibelius resonarán este viernes en el Cnaspm de la mano de un joven solista
Tocar el Concierto para violín y orquesta en re menor de Jean Sibelius es siempre un reto para cualquier violinista.
Esta vez lo asume Luis Zambrano, que con 20 años y asistente de concertino de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, convoca este viernes, a las 6:00pm, a la sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, con la aspiración de que el trabajo realizado con el maestro Eduardo Marturet y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar “llegue al alma” del público
Más que del violín, Luis Zambrano es un enamorado de la música. “A veces no hay explicación, pero uno siente esa emoción cuando toca”, explica, pausadamente pero no sin fuerza, este joven talento que ocupa el primer atril de violines de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño.
Y es que 12 de sus 20 años se los ha dedicado al estudio de este instrumento. Fue el núcleo de Maturín, estado Monagas, el que se lo puso en las manos, y desde entonces, no ha perdido tiempo. Eso queda claro al revisar su carrera y encontrar que ha interpretado grandes obras solistas del violín, como lo son: Concierto en sol menor del alemán Max Bruch, Concierto en mi menor de Félix Mendelssohn, Concierto en re mayor de Tchaikovsky, Concierto en mi mayor de J. S. Bach, entre otros.
Luego de más de un año de estudio, llegó el turno del Concierto para violín y orquesta en re menor de Jean Sibelius, una de las obras de más exigencia técnica y musical del repertorio solista para este instrumento ¿El contexto? la batuta del maestro Eduardo Marturet y sus pupilos del Curso de Dirección Orquestal, y la experimentada Orquesta Sinfónica Simón Bolívar como acompañante.
“Me encanta el Sibelius. El primer movimiento está cargado de muchas imágenes para mí; dependiendo de cada frase del concierto hay para mí una imagen distinta. Por ejemplo, ¡al principio es tan cálido! siempre imagino el frío de un invierno”, expresa con suavidad Zambrano, sin dejar de reconocer el reto técnico que particularmente el tercer movimiento le impuso.
Sin embargo, estudiar pausadamente, tal como confiesa ha insistido su maestro de la Academia Latinoamericana de Violín, Juan Francisco del Castillo, ha sido el método para pasar a través de eso y disfrutar lo que no duda en reconocer como un don.
“La musicalidad ha sido lo más llevadero porque creo que es como ese don que te entrega Dios”, establece -con honda confianza- Luis, para luego considerar que “lo musical está en la sangre”.
“Realmente es natural cuando estoy en el escenario: no hay nervios, estoy tranquilo y puedo hacer una interpretación del concierto y disfrutar; disfruto lo que hago mientras estoy tocando”.
Luis Zambrano asegura que la obra de este compositor finlandés es una de sus favoritas y se lo atribuye a una “gran conexión”. De qué se trata tal relación fue la pregunta que continuó, a lo que el joven, sin detenerse a cavilar, respondió: “siento como que ya hubiera tocado otras veces el concierto… siento que conozco esas notas que están allí”.
Aún así, Luis insiste en que “es un gran reto” lo que sucederá este viernes 7 de junio, a las 6:00pm, en la sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música. “Lo que realmente espero que se lleven es buena música en el alma, porque yo creo que la buena música es esa, la que realmente toca el alma”.
Con esta aspiración invita entonces a presenciar un paso más de esa carrera de solista que está construyendo con tesón, una que asegura -sin titubeos- quiere hacer dentro de El Sistema. “Yo creo que sí, me veo como solista, pero con El Sistema de Orquestas, aquí en mi país”.