Tras el libreto del mundo de la cruel y fría Turandot
Desde hace unos meses, los músicos de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar han estudiado el contraste musical de la última ópera de Puccini; para afrontar el reto de su interpretación se han sumergido en la historia y detalles técnicos detrás del libreto
La página 352 de la ópera Turandot tiene una oración escrita a lápiz en casi todas las partituras de los músicos de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar: “Puccini escribió hasta aquí”. La atmósfera creada luego de esa indicación transformó la sala de ensayo desde el primer día; la conexión entre la obra y los intérpretes había comenzado. La responsable de crear estos lazos entre la obra y los músicos fue María Fernanda Flores, jefa de cuerda de la fila de las contraltos y una de las directoras del coro Juan Bautista Plaza, quien asumió el reto de introducir por completo al coro en el mundo de la cruel y fría Turandot. Aquí compartimos con ustedes parte de lo que ella contó entre compás y compás.
Poesía a través del libreto
María Fernanda perdió la cuenta de cuántas veces ha visto y escuchado esta ópera y parece que su fascinación no cesará. En el primer ensayo contó a la CNJSB que Turandot es una historia fantástica, inspirada en una princesa de Mongolia que vivió, aproximadamente, en el siglo XIII. Era una princesa guerrera, muy fuerte de carácter y que no quería casarse bajo ninguna circunstancia ni estar con ningún hombre. Entonces, ella sometía a esos hombres que querían casarse con ella a una batalla donde siempre resultaba ganadora. Y el castigo para los que perdieran era la pérdida de cien de sus mejores caballos. El cuento dice que ella poseía hectáreas llenas de caballos de todos los pretendientes que fallaban cuando peleaban contra ella. Esta es una de las historias del origen de Turandot.
El francés Francois Pétis de la Croix realizó una recopilación de textos en 1710, llamado Los mil y un días. Dentro de este conjunto de historias persas, indias, turcas y chinas se dice que se encontraba la historia de Turandot con ciertas modificaciones. Allí aparecen por primera vez un juego de enigmas que debían resolver los pretendientes que querían desposarla. Son tres enigmas y de igual forma los príncipes resultaban decapitados, como en la historia original. El lenguaje sarcástico de la obra siempre ha estado presente.
En 1924, Puccini tomó una obra de teatro escrita por Carlo Gozzi, inspirada en este libro, pero Gozzi creó a los personajes de Ping, Pong y Pang, los tres ministros del emperador que son los que juzgan a estos príncipes y los envían al verdugo.
Es importante resaltar que en cada una de sus obras Puccini inserta un personaje creado por él. Liú es el personaje de Puccini en Turandot. Siempre es una mujer, es lo más preciado para él dentro de la ópera, es la más vulnerable, la de buen corazón. En este caso, se produce un grandioso contraste entre Liú y Turandot por sus diferentes personalidades. Fue precisamente después de la muerte de Liú que Puccini no escribió más, solo esbozos de lo que sería el final de esta ópera. Así, Liu quedó inmortalizada como otra heroína pucciniana, enamorada hasta la muerte.
Turandot es la princesa de hielo y, por ser así, la tonalidad y toda la atmósfera que se crea cuando ella canta es muy fría. Su canto es directo, preciso, la mayoría de sus dinámicas son forte, para mostrar su independencia. Se necesita de una verdadera soprano dramática para efectuar la difícil ejecución de este rol.
Liú es totalmente lo opuesto. Cuando escuchamos las arias de Liú y cuando el tema de ella aparece es mucho más cálido, más noble y refleja su dulce manera de ser. Ella es una esclava que está perdidamente enamorada del príncipe después de que él le regaló una sonrisa en el palacio y, desde allí, ella decidió servirle a su padre, el rey Timur, cuando perdió su reino.
Armonía entre lo que se canta y actúa
La CNJSB tiene una corta experiencia como coro de ópera. Interpretó hace un año, por primera vez, la ópera La bohème, también de Puccini. En el aspecto vocal, es una ópera que se adapta muchísimo más a la edad del coro. Se trata de un coro juvenil. Un grupo del coro participó en la ópera L’elisir d’amore, de Gaetano Donizetti, que también es fresca, juvenil, más corta. El reto se presenta ahora con Turandot, que es una de las obras más exigentes a nivel vocal, porque el coro representa la multitud de Pekín en el imperio chino.
Para demostrar el carácter de esa multitud inmensa se requiere muchísima energía, no solo en el aspecto vocal sino corporal. Se debe crear la resistencia necesaria para interpretar, en este caso, dos funciones de la ópera. Todo esto ha representado un reto para el coro. Por eso le han dedicado mucho tiempo a trabajar cada cuerda y darle las herramientas necesarias a nuestros jóvenes cantantes para que puedan abordar de una buena forma este repertorio tan complejo.
Dentro de tanta majestuosidad, Puccini siempre encuentra espacio para demostrar la dulzura, esos colores y matices que hacen que la obra sea un maravilloso contraste entre lo fortísimo y lo pianissimo. Esa es una de las dificultades que afronta el coro: adaptarse en cuestión de segundos a la dualidad que existe en la obra.
Turandot forma parte de un importante período de formación. Cada coralista crece cada vez que hace una ópera. Porque es aquí, en este tipo de repertorio, donde el coro tiene que desarrollar áreas que no maneja cuando se hace lo acostumbrado: las obras sinfónico corales y las obras a capella.
El montaje de Turandot y otras óperas, forman parte del proyecto de desarrollo que lleva adelante el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela para conquistar el campo de la ópera en el país y en el mundo. Con el tiempo, la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar llevará dentro de sus venas este género tan importante, porque hay mucho material, tanto en el coro como dentro del país. Hay muchos directores que se están formando para dirigir ópera; grandes directores como el maestro Gustavo Dudamel y Diego Matheuz han estado muy enfocados en eso. Y los directores jóvenes se están preocupando mucho más por el aspecto vocal y por la ópera. También dentro del coro hay muchos solistas, que están participando en los proyectos que se efectúan dentro del país.
El público de la Sala Simón Bolívar será testigo de este crecimiento, pero también será testigo de una historia de amor, una particular y cautivadora historia de amor. Así como cada pretendiente avanza hacia el gong para proclamar su llegada, para muchos, el final de Turandot llega en momento en que Puccini dejó de escribirla. Sin embargo, el final de la obra, escrito por Franco Alfano, es apoteósico, magnífico, aunque el sello de Puccini sólo se puede conseguir dentro de él. Todas las maravillosas dinámicas que están dentro del reinado sangriento de la princesa de hielo, lo escucharemos este viernes y domingo en el Centro Nacional de Acción Social por la Música.