Tomás Lugo: El mérito del Cnaspm lo tiene el maestro Abreu
El acreedor del Premio Nacional de Arquitectura rememora su historia con El Sistema a partir de la construcción del Centro Nacional de Acción Social por la Música, un espacio especialmente diseñado para las necesidades de los músicos que hacen vida en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela
Siempre acarició la esperanza de ser premiado por el diseño del Centro Nacional de Acción Social de la Música (Cnaspm). Y tuvo paciencia hasta que, el 19 de noviembre de 2014, el jurado de la XI Bienal Nacional de Arquitectura decidió otorgarle el Premio Nacional de Arquitectura. Tomás Lugo Marcano confiesa que se le quebró la voz al momento de ofrecer unas palabras en el acto de entrega del premio, efectuado el 26 de noviembre en el Paraninfo de la Casa Rectoral de la Universidad Simón Bolívar, “Me emocioné mucho y agradecí al maestro José Antonio Abreu por la oportunidad de hacer este proyecto”, expresó Lugo con respecto a este reconocimiento, “ el más importante de mi carrera por tratarse de un proyecto que hice prácticamente solo. Lo dibujé todo yo, aunque tuve apoyo de colaboradores”, comentó.
Una larga carrera dedicada a la creación y el diseño arquitectónico que incluye espacios emblemáticos de la ciudad reconocieron previamente el trabajo de Lugo Marcano: compartió en el año 1974 el Premio Metropolitano de Arquitectura con el equipo que diseñó el Parque Central, Daniel Siso y Daniel Shaw; en 1987 obtuvo el mismo galardón por el diseño del Teatro Teresa Carreño, junto a Dietrich Kunckel y Jesús Sandoval; también el Premio de Acondicionamiento y Reciclaje de Edificios por el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y ahora, en 2014, el Premio Nacional de Arquitectura, otorgado al Cnaspm por considerarse “un gran aporte a la Arquitectura Venezolana, tanto por su valor social como cultural, particularmente en el área de la música; conceptualmente clara y espacialmente adaptada al uso y funciones, en la cual se logra una destacada integración de volúmenes con materiales nobles de fachada en concreto y en el interior el uso de madera que llena las funciones acústicas, flexibilidad y creación de espacios cónsonos con el destino de la obra”, como reza el fallo del jurado del Premio que otorga el Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela.
– Usted ha diseñado varios espacios culturales tanto en Caracas como en el interior del país, ¿qué sintetiza el Cnaspm?
– Para empezar, fue una obra muy luchada por el maestro Abreu, porque la idea comenzó en el año 1984. Desde entonces fueron más de 11 años dedicados a la búsqueda de los recursos necesarios, hasta que, en el año 1996, se logró el aporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El mérito de esta obra lo tiene el maestro Abreu. Luego, nos tomó un año construirlo e inaugurarlo, a finales del año 1999.
– ¿Cómo surge la oportunidad de diseñar la sede de El Sistema?
– Mi contacto con El Sistema comenzó hace 40 años; yo he trabajado desde entonces con el maestro Abreu como asesor ad honorem evaluando sedes, haciendo mejoras, lo que me sirvió para ponerme en contacto con todos los encargados de las sedes en todo el país. Siempre he colaborado con El Sistema desde sus inicios; soy contemporáneo de los muchachos fundadores. Yo empecé con ellos en el 1976. Esto es la culminación de una etapa larga.
– ¿Qué es el Cnaspm, cómo lo describiría?
– El Centro Nacional de Acción Social por la Música no funciona como una escuela de música, sino como espacio para la formación de orquestas. Es muy distinto al concepto tradicional del conservatorio, diseñado más para individualidades que para compartir en grupo. Había que pensar en ese uso masivo del edificio, en la dinámica cotidiana de El Sistema de Orquestas y Coros, que tenía que ser por ende de bajo mantenimiento por el flujo de gente que allí circula a diario y por la dinámica misma de las actividades, además de aprovechar el terreno que es muy pequeño, 3 mil metros cuadrados, y que terminó llevándose a 16 mil metros cuadrados, gracias a las peticiones constantes del maestro Abreu. El iba tanto a la obra como nosotros. Todo esta labor de masificación de las orquestas, y el tener ese volumen de muchachos que forma parte de la filosofía de El Sistema, requirió del diseño de un edificio distinto a un conservatorio. Algo muy novedoso e importante dentro de la estructura es la inclusión del departamento audiovisual, idea del maestro Frank Di Polo y de Betty Abreu, un departamento importantísimo para atesorar la memoria histórica audiovisual de las orquestas y de sus músicos.
– Usted se refiere a un espacio para compartir entre músicos, entre orquestas. Habla de lo funcional. ¿Qué papel juega en este espacio la integración de las artes?
– Las artes forman parte del diseño y cada artista se adaptó a la planta del edificio para hacer sus planteamientos. Fue así como los maestros Carlos Cruz Diez y Jesús Soto entraron a participar. Con planos en mano, pensaron en los sitios posibles para sus obras de arte. Soto escogió el espacio central y a Cruz Diez se le sugirió el piso, la tapicería y el telón de la Sala Simón Bolívar. Esto se hizo con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el BID.
– ¿Qué proyectos contempla a futuro vinculados a los espacios culturales del país?
– Voy a restaurar el Teatro Teresa Carreño, espacio al que le debo haber compartido con asesores extranjeros. Allí aprendí y me especialicé. Y el trabajo con El Sistema continúa, porque el maestro me llamó para que diseñe una nueva sede para La Rinconada.