Dos enérgicas batutas siguen sumando éxitos frente a las orquestas de El Sistema
Orgullosos de los frutos profesionales obtenidos gracias al impulso del maestro José Antonio Abreu, Christian Vásquez y Diego Matheuz, dos herederos del más importante legado artístico que tiene nuestro país, mostrarán todo su potencial una vez más frente a las Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y la Juvenil Teresa Carreño de Venezuela. Ellos mismos nos acercan a su experiencia como directores
Tres obras contemporáneas forman parte del repertorio que Diego Matheuz tendrá la responsabilidad de conducir con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Este sábado a las 11:00 a.m, en el Centro de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda. En su condición de director, se siente gratamente complacido por la oportunidad de llevar a la orquesta más importante del país y una de las más prestigiosas del mundo, a lograr los diversos matices musicales que exige la obra Fanfarria Grande Maurice del compositor venezolano y miembro de la orquesta, Giancarlo Castro, y además compartir escenario con el primer trompetista de la Filarmónica de Berlín, Gábor Tarkövi.
Matheuz comentó sobre el concierto:
Creo que vamos a tener un súper concierto, porque la orquesta está tocando mejor que nunca y porque tenemos dos circunstancias especiales, una es que estamos encantados de recibir a este solista tan importante como lo es Gábor Tarkövi, y la otra es que se está dando la oportunidad de que una orquesta profesional interprete la obra de Giancarlo que es muy alegre y contagiosa. En el caso de la tercera Sinfonía de Brahms tenemos un gran compromiso, porque esta obra ha sido dirigida por el maestro Simon Rattle y el propio Gustavo Dudamel y ya es muy conocida tanto por los músicos como por el público venezolano, así que todo tiene que salir muy bien”.
Ir más allá de lo que está escrito en las partituras y lograr que la orquesta afine en los detalles para una ejecución de filigrana, son parte del objetivo de Diego Matheuz como director. Expresa estar muy cómodo con la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, pero asegura que está obligado a frenar la energía que caracteriza a sus integrantes, porque no en todas las obras es necesaria. “La misión de todos los músicos es buscar la perfección con la experiencia y la madurez, y en ese sentido no soy la excepción. Estoy en ese camino”, expresó.
Diego Matheuz define a El Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela como su casa y compara su devoción a este programa de formación profesional como el empeño que todos ponemos para cuidar nuestro hogar y hacer de él un espacio ideal. “Todos estamos luchando porque El Sistema sea la mejor casa. Esa es nuestra misión, pues somos embajadores de la extraordinaria obra educativa y social del maestro José Antonio Abreu. Así que nuestro mejor regalo que multiplicar sus frutos”, puntualizó.
Tras reconocer que en Venezuela sobran el talento y las condiciones para instituir una escuela de formación de directores de orquesta, Matheuz comentó que la clave está en “trabajar sin descanso para alcanzar la perfección. Así nos educó el maestro Abreu y estoy seguro de que ese es el camino correcto”, sentenció.
En Christian, su cuerpo marca la música
Claro, alegre y expresivo son algunos de los calificativos con los que la prensa define el estilo de Christian Vásquez como director. Sin embargo, a él le cuesta atribuirse así mismo tantos adjetivos, ya que su atención está puesta en mejorar cada día su desempeño frente a la orquesta.
“Aunque no me gusta mucho ver los videos cuando dirijo, tengo hacerlo para saber qué hago bien y cuáles con aquellas cosas que hago que no me favorecen. Lo que sí tengo claro es que no puedo dirigir todas las obras con la misma energía y tampoco utilizar la misma gestualidad. Brahms y Tchaikovski, por ejemplo, me exigen utilizar todo el peso de mi cuerpo. En cambio, con Shostakóvich tengo que emplear mis brazos enérgicamente”, comentó Christian Vásquez, quien este sábado a las 5:00 pm, también en la Sala Simón Bolívar del CASPM, estará al frente de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, para rememorar la fuerza interpretativa de Beethoven en la 4ta Sinfonía y la Obertura Coriolano; y luego coquetear con Mozart en la interpretación del Concierto n° 2 para flauta y orquesta.
“Es un repertorio totalmente clásico que el público lo va a disfrutar mucho, porque son obras muy reconocidas. Tenemos el honor de compartir con uno de los mejores flautistas de El Sistema, como Alexis Angulo, así que creo que este concierto tiene todos los ingredientes para lograr una extraordinaria presencia de los amantes de la música universal”, expuso Vásquez.
Esa condición de líder que este violinista posee para continuar perfeccionando cada actuación en su rol como director de orquesta, también es obra del visionario maestro José Antonio Abreu, quien un día posó sus mirada sobre su desempeño profesional y lo invitó a tomar la batuta y a probarse al frente de la Sinfónica Infantil de San Sebastián, y posteriormente como director titular de Sinfónica Juvenil de Aragua. Vásquez comentó entre risas:
Nunca podré olvidar la emoción que sentí cuando el maestro me llamó para ofrecerme, con tan sólo 15 años, la responsabilidad de dirigir una orquesta. Todo comenzó de manera progresiva y hoy me siento comprometido cada vez más su obra; porque gracias a él he tenido la oportunidad de hacer una importante carrera internacional. Además, cuando dirijo me siento libre. No me da pena gritar, llorar o hacer gestos con mi cara. Eso lo disfruto mucho”.