El Programa Hospitalario cerró 2014 con música y alegría
«La música me ha enseñado otro lenguaje, ahora soy más extrovertida y comunicativa; la música me da paz»
Estas fueron las palabras que este viernes, 12 de diciembre, Leydimar Marín expresó minutos antes de iniciarse el concierto de fin de año del Programa de Atención Hospitalaria del sistema de orquestas venezolano. Ella, al igual que un número de 230 niños y jóvenes aproximadamente, han tenido la oportunidad de recibir clases musicales durante su estadía en los recintos médicos Hospital José Manuel de los Ríos y Cardiológico Infantil Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, ubicados en Caracas, donde funciona el programa.
La celebración navideña se realizó en el auditorio del cardiológico infantil y contó con la participación de los músicos paciente de ambas instituciones, el personal médico que también ha recibido formación musical dentro del programa y la Filarmónica Cantares, agrupación formada por profesores de distintos núcleos de El Sistema quienes, además, se han dedicado a apoyar este tipo de iniciativas sociales. Antes de comenzar la velada artística, el coordinador del programa, Marlon Franco agradeció al maestro José Antonio Abreu por la posibilidad de llevar esperanza a tantos niños y jóvenes venezolanos; pidió un aplaudo para todos los pequeños que con esfuerzo han realizado sus prácticas durante el tiempo de tratamiento; así como a sus familias y a todo aquel que ha apoyado esta loable labor.
El concierto inició con un popurrí de piezas navideñas por parte del Ensamble de Campanas, el cual reunió a cuatro niños entre 4 y 7 años quienes se presentaron bajo la guía de la profesora Andreína Alfonso. Luego, la Filarmónica Cantares subió al escenario para ejecutar un grupo de obras tradicionales de la navidad. En tercer lugar, ingresaron a la tarima los profesores Virginia Gamez (voz) y Juan Rivas (guitarra) quienes interpretaron Oh Holly Night. Por último, todos se unieron en una agrupación orquestal para llenar de magia el recinto al ofrecer un repertorio conformado por las canciones más conocidas de la época decembrina.
Al finalizar, el público se levantó de sus asientos para aplaudir a los artistas y de esta manera agradecer la alegre mañana que les ofrecieron. «Yo no siento malestares, la música me entretiene. Quiero seguir tocando el tambor, pero mi meta es convertirme en ingeniero civil cuando sea grande», relató el joven de 12 años de edad, Cristian Culpa, quien este día realizó su primer concierto navideño y celebró junto a sus compañeros un año más de vida y esperanza a través de la música.