Jesús Morín disfruta haber despertado el sentido de pertenencia dentro de la organización
Su conocimiento a fondo del trabajo en los núcleos le permitió articular, desde la Dirección Sectorial de Formación Académica, distintos mecanismos de apoyo hacia todos los centros de enseñanza, a fin de reconducir la administración hacia la funcionalidad de las gerencias estadales
Prensa El Sistema
En 2016 Jesús Morín aceptó integrarse a la Dirección Ejecutiva del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, para formar parte de la nueva estructura general de la institución. A la administración central llegó con todo lo aprendido como coordinador estadal de Guárico. Rápidamente se ganó el apodo de “el nuclero”, debido a que en todas sus propuestas saltaba a la vista la mirada hacia “lo que pasa en los núcleos”, para lograr una desconcentración administrativa y académica, que permitiera avanzar hacia una anhelada descentralización.
Hoy su gestión destaca por haber tomado las acciones internas para generar los cambios fundamentales dentro de la cultura organizacional y generar sentido de pertenencia. Esa visión responde a las lecciones aprendidas por el actual Director Sectorial de Formación Académica, en su proceso de crecimiento gerencial, apoyado por el Maestro José Antonio Abreu. Su historia personal se remonta al año 1997, cuando llegó a El Sistema para aprender teoría y solfeo, ya que quería ser guitarrista. Su incorporación al Núcleo Raimundo Pereira de Calabozo cambió radicalmente su plan inicial.
“No tenía idea de que existía una orquesta sinfónica y mucho menos de quien era el Maestro Abreu, pero de inmediato me inscribieron para tocar en la orquesta y cantar en el coro. Después de ocho meses de práctica musical, me cambié al Núcleo Antonio Estévez. Al principio ingresé a la orquesta y el coro infantil, pero después de dos años alcancé el nivel para ingresar a la juvenil, donde me sorprende el maestro Héctor Araguinamo al invitarme a dirigir un ensayo. Desde entonces aproveché todas las oportunidades para formarme como director”, detalló Morín dentro de su extenso relato que da cuenta de un ascenso ganado a pulso.
Después de tres años llegó la propuesta formal para convertirse en director titular de la Orquesta Infantil y Juvenil de Calabozo, oportunidad que le abrió las puertas del ejercicio gerencial, pero sin descuidar su formación artística y pedagógica. Al cabo de un año, el Maestro Abreu le propuso mudarse a Valle de la Pascua para fundar un núcleo.
“Me tocó iniciar las actividades desde cero, inscripción, dotación, búsqueda de maestros, personal, en fin, un levantamiento total ya que ni siquiera conocían las actividades de El Sistema. Mi gestión duró hasta 2004, cuando me llaman para replicar en Calabozo todo lo bueno que había logrado en Valle de La Pascua. Yo había querido estudiar Administración e Informática, pero fue difícil por las mudanzas y porque me dediqué a estudiar la música a fondo, tanto para la ejecución del chelo como para la dirección de los repertorios. Y al principio no estaba muy convencido, porque me sentía encantado con los logros en Valle de la Pascua. Luego conocí a Eduardo Méndez, quien era director nacional de núcleos, y me hizo ver la posibilidad de nuevas oportunidades profesionales”.
De la mano del Maestro
Efectivamente las oportunidades se ampliaron para Jesús Morín, quien incluso logró ingresar a la cátedra de dirección del Maestro José Antonio Abreu. “El Maestro me eligió para un seminario en Mérida, a cargo de Gustavo Dudamel, quien venía de ganar el concurso de dirección Gustav Mahler. Mi preparación no era muy sólida, y vi que me faltaban las bases académicas”.
Ya para 2006 había hecho una gestión más amplia porque comenzó a crear módulos en las escuelas públicas de Calabozo, de la mano del programa de Educación Especial, además de que ya tenía acercamiento al programa Alma Llanera, abordando la enseñanza con instrumentos de música tradicional. Ese mismo año se creó el Coro Sinfónico Nacional en el que logró colocar 40 voces del Núcleo Antonio Estévez dentro de las 150 plazas que se abrieron para la agrupación.
Otro gran momento llegó durante el concierto de presentación de este nuevo programa de práctica musical. El Maestro Abreu se interesó en saber más de su gestión y de las actividades en Guárico. Le pidió un video para ver su trabajo frente a la orquesta juvenil y lo ingresa a sus cátedras durante tres años, con un trabajo de gran intensidad formativa.
“Recuerdo que el Maestro me llamaba los domingos, para ponerme clases a las 3:00 de la tarde en su oficina de Parque Central; y cuando le decía que estaba en Calabozo me daba hasta las 4:00 pm para llegar. Yo tenía que buscar la forma de no perder la oportunidad, porque no solo hacíamos música, nos hablaba del país, de la economía, del desarrollo del ser humano, las artes y sobre todo de su visión de futuro. Por eso no me importaba tener que arreglármelas para llegar aunque fuera en transporte público, aún estando a cuatro horas de distancia por carretera”.
Ya en 2007 asume tareas fuera del Núcleo de Calabozo y progresivamente se fue perfilando para asumir un cambio de liderazgo. En esa época también era llamado para tocar como invitado en la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y tuvo la oportunidad de asistir a las giras y participar en actividades formativas con directores de renombre internacional. Su tiempo comenzó a repartirse entre Guárico y Caracas, ya que la intención del Maestro Abreu era potenciar todo el estado Guárico.
Colapso y retorno
En el año 2008, le entregaron el peso de varias responsabilidades, entre las que estaba asumir la coordinación de Guárico, y tras aceptar el reto comenzó formarse en un área distinta y más compleja. “Pensé que lograría los cambios tan rápido como en el núcleo, y fue entonces que entendí que se trataba algo diferente que me costaba manejar. Entonces colapsé y renuncié, porque estaba muy apegado a la magia que se ve todos los días en el núcleo. Creo que fue en esa época en la que aprendí una de las mayores lecciones de vida, porque tras aceptar los consejos del Maestro y su propuesta de regresar, acepté que tenía que esforzarme por hacer mi trabajo con responsabilidad y dar el ejemplo, para luego convencer a mi equipo de que teníamos que funcionar de la misma forma que lo hacen las orquestas, cada uno en su papel y buscando juntos la armonía”
En 2016 se puso en práctica el proyecto de desconcentración administrativa, que no solo garantiza los recursos para cada estado sino también una gestión propia. Basados en la experiencia que trajo Morín de su gestión regional comenzó el actual proyecto de la nueva estructura gerencial para las regiones, producto de alinear la visión ejecutiva para mantener el rumbo de El Sistema por encima de las dificultades.
Después de haber aprendido todos los procesos, desde los más sencillos hasta los más complejos, comenzó a organizarse la estructura académica para optimizar la enseñanza. Se conceptualizan los 12 programas de formación académica, se sistematizan las escuelas nacionales de formación de instrumentos y se crean nuevas direcciones administrativas; se crean los comités académicos de las escuelas, y la Dirección de Formación Académica y otra de Procesos Administrativos. Para diferenciar las tareas de la Dirección de Núcleos, se crea la Dirección de Gerencia Orquestal y Coral para atender los requerimientos de todas las agrupaciones profesionales, Dentro de toda la estructura hay un equipo de no menos 60 personas que se ocupa de hacer el trabajo que en el pasado recayó en la gestión de una sola persona.
Ahora los proyectos avanzan hacia la acción universitaria, entre otras metas, con la visión de excelencia que caracteriza al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.