Los más pequeños percusionistas de El Sistema tienen como límite el mundo
Ser los mejores, respaldados por la audiencia internacional, es el deseo en el que coinciden dos de los más jóvenes intérpretes que actuarán como solistas en la Semana de la Percusión
Al día de hoy, son cinco generaciones de percusionistas las que se han formado dentro del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Guanare (Portuguesa) -y no por casualidad- se ha convertido en un fructífero terreno para estos intérpretes. De allí provienen Andrés Eloy Gómez y Diego Andrés Montes, quienes con 13 años de edad cada uno, representarán como solistas a los más jóvenes de la percusión en el marco de la semana dedicada a esta sección de instrumentos.
El Concierto Nº 2 para Marimba y Orquesta de Ney Rosauro será la obra que, junto a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y el maestro Rafael Payare, tocará Andrés Eloy el próximo viernes 13 de diciembre en el Centro Nacional de Acción Social por la Música, a las 6:00 p.m. Lo propio hará Diego Andrés el día siguiente, el sábado 14 de diciembre a las 5:00p.m., junto la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño bajo la dirección de Christian Vásquez, quienes le acompañarán en la ejecución del Concierto para Marimba y Orquesta de Paul Creston.
Ambos forman parte de la fila de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela y del Ensamble de Percusión de Los Llanos, y desde ya tienen perfectamente delineado su futuro, uno que se empezó a moldear en la ciudad donde nacieron gracias a la labor pedagógica y promotora del maestro Acuarius Zambrano y de sus colegas de la Academia Latinoamericana de Percusión de El Sistema.
“Mi sueño es ser un gran marimbista y viajar por todo el mundo”
Casi una década de su corta edad ha dedicado Andrés Eloy Gómez a “poner mucho empeño y amor” a su carrera como músico, una que comenzó a los 4 años como una vía para orientar su inquietud infantil. “Elegí la percusión desde que escuché por primera vez la marimba y el timpani”, asegura esta joven promesa de las teclas, al tiempo que cursa tercer año de bachillerato.
“Mi sueño es ser un gran marimbista y viajar por todo el mundo representando a todos los niños de Venezuela”. Así de claro tiene el porvenir Andrés, quien concibe como sus ejemplos profesionales a sus maestros de la Academia Latinoamericana, todos pertenecientes a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela: “Son la cara de la percusión nacional y también internacionalmente; son la fila estrella porque son muy detallistas; se han enfocado mucho en lo que han querido resaltar de cada instrumento y le han puesto mucho amor a su carrera”.
“Quiero que seamos reconocidos como la mejor fila de percusión del mundo”
Ese es el sueño profesional de Diego Andrés Montes, uno que no quiere alcanzar solo pues se refiere a la fila de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela; “ellos son mis mejores amigos”. Su primera inclinación artística fue la pintura, pero la limitación que su edad representaba para formalizar sus estudios en el área llevaron a su mamá a inscribirlo en el núcleo de El Sistema en Guanare contra su voluntad. Allí se encontró con la particular metodología de enseñar solfeo del profesor Manuel Linares, y a los ocho años, se topó con el visionario maestro Acuarius Zambrano: “me enamoré de la percusión”, recuerda.
“Mi mamá quiso que estudiara violín porque dentro de la orquesta tocaba poco, y esas ganas de verme tocar más hicieron que estudiara más y más, y gracias a eso soy lo que soy ahora”, explica Diego Andrés, quien asegura que es el timpani su instrumento favorito “por ser el principal de una orquesta”.
Este pequeño espera convertirse en “una loca combinación” de las virtudes de cada uno de los profesores que le han formado: Matías Azpúrua, Félix Mendoza, Juan Carlos Silva, Luis Trejo, Gilmer Vivas; “quiero tener lo más especial que tienen cada uno”, dice quien además, espera hacer de su sección la más reconocida del mundo, “por encima de cualquier otra”.