Maestro Abreu hizo visita sorpresa al ensayo de Turandot
El ensayo estaba pautado a las 3:30 de la tarde. Desde las 3:00 el escenario de la Sala Simón Bolívar se fue llenando con los músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar y los Niños Cantores de Venezuela. De últimos, entraron los solistas: siete cantantes líricos internacionales, invitados especialmente para el concierto
Durante días, los músicos han estado, disciplinadamente, preparando el montaje a la italiana de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, que dirigirá Gustavo Dudamel, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. La emoción en los ensayos se siente, orquesta y coros están acoplados, el sonido es portentoso. La satisfacción por los frutos del esfuerzo y dedicación se siente en el ambiente.
El miércoles, 16 de diciembre, minutos antes de que comenzara el trabajo en la Sala Simón Bolívar se sentía esa alegre agitación. Pero nadie se imaginaba que se convertiría en una total algarabía. Todos estaban dispuestos en escena, a la espera del director. De pronto, la puerta del palco 1 de la sala se abrió y entró el maestro José Antonio Abreu. La sorpresa inicial se transformó en un alboroto. Los músicos se pararon y, durante, unos diez minutos aplaudieron al maestro Abreu. Batuta en mano, Dudamel subió al podio y le presentó a los solistas internacionales a nuestro fundador: “este es el hombre que nos ha regalado esto, estamos aquí por él. Él nos regaló la música y ahora nosotros le regalamos música”.
El maestro Abreu siguió atentamente el ensayo de la ópera y, después de haber escuchado la interpretación de los actos felicitó a los músicos y, especialmente a la coral, “el país debe enterarse del nivel que han alcanzado ustedes”.