La Sala Simón Bolívar vibró con la presentación del Núcleo Kanaimö
El trabajo pedagógico y social de El Sistema en este núcleo cuenta actualmente con más de 160 integrantes y el pasado 11 de agosto, demostraron su talento en el Centro Nacional de Acción Social por la Música
PRENSA EL SISTEMA
Con alegría, orgullo, emoción y disciplina una delegación de 125 niños, jóvenes y profesores se trasladó de Canaima a Caracas para, por primera vez, desde la creación de este núcleo en la comunidad pemona, mostrar los avances de dos años de intensa formación musical impartida por 30 misiones de profesores en la región, mediante la interpretación de un amplio repertorio de los programas Orquestal, Coral y Alma Llanera que visitaron el Centro Nacional de Acción Social por la Música.
El Coro Preinfantil e Infantil comenzó la presentación con la que llenaron la sala de aficionados a la música, seguidores de la obra de El Sistema y colaboradores de la institución, especialmente del Núcleo Kanaimö. Esta agrupación cautivó con sus voces angelicales, dotadas de paz y armonía al interpretar las obras Parece pañuelito, En la mano traigo, con arreglos del maestro Vicente Emilio Sojo, Dormite mi niño de Raimundo Pereira, La mamá del Arco Iris de Antonio Estévez y Tilingo, tilingo, todas bajo la dirección de Maribel Salazar.
El viaje de más de mil kilómetros que separa Canaima de la capital venezolana fue posible gracias al apoyo del Campamento Canaima y de Conviasa; de esta manera los niños y jóvenes demostraron que el trabajo y los esfuerzos para llevarles la mejor formación apoyada en su talento nato, lograron brillar en la Sala Simón Bolívar y, especialmente, para el director de la orquesta del Núcleo Kanaimö, Juan Luis Manrique, para quien pisar el podio donde tantos grandes han estado, fue un sueño hecho realidad.
“Para mí fue algo genial, aquí en la Sala Simón Bolívar no se presenta cualquier orquesta. Esta es la casa de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, de Gustavo Dudamel, de Christian Vásquez, de todos los directores de renombre y para mí es un orgullo y un privilegio estar aquí. Me siento emocionado. Estoy absolutamente feliz”, resaltó el maestro Manrique, tras dirigir el repertorio integrado por Himno de la Alegría de Ludwig van Beethoven, Te Deum de Marc-Antoine Charpentier, Chamanbo de Manuel Artés, Gloria al bravo pueblo con letra de Vicente Salias y música de Juan José Landaeta, que además fue entonado en lenguaje originario del pueblo pemón, Venezuela, cuya letra es de Pablo Herrero, música de José Luis Armenteros y arreglos de Tarsicio Barreto.
Cada pequeño integrante de la orquesta sorprendía con su corta edad y su gran talento, entre ellos destacó la concertino Jasmín Manrique que con tan solo 11 años, se encargó a la perfección de dar guía a sus compañeros en cada obra, con su destreza con el violín demostró que su dedicación, aunada a la formación dada por los profesores del núcleo conjuntamente con los maestros que los visitan han marcado un profundo aprendizaje en ella. “Desde los siete años estoy tocando el violín. Me emociona mucho haberme presentado aquí y creo que el público también se emocionó por mí y mis compañeros”, señaló.
El Núcleo Kanaimö no dejó cabo suelto en su presentación, por lo que el público también disfrutó del Ensamble Vientos Percusión Kurawaina, dirigido por Priscila Piñeros. Esta agrupación interpretó Estudio N° 9 de Vic Firth, con arreglo de David Fernández y el IV movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Antonín Dvorak con adaptación de Luis Valladares.
Asimismo, la Orquesta Infantil de Cuerdas ejecutó el Concerto Grosso, Op. 3 N° 11 de Antonio Vivaldi y en el que destacaron los violinistas: Jasmín Manrique y Gabriel Lezama, además de Daniel Silva en el violonchelo. Por su parte, la Orquesta de Cámara Juvenil maravilló a los presentes con el Concerto in E major, Op. 8 N° 1, RV 269, La primavera de Antonio Vivaldi, junto a los solistas Miguel Silva y Dennys Manrique; y Concierto Nº 3 Brandeburgo de Johann Sebastian Bach.
Esta aventura musical en el Parque Nacional Canaima inició con la profesora Raquel Acevedo y con el apoyo de la comunidad. Ella tuvo la iniciativa de impartir formación musical a través de clases de lectura, escritura, canto y ejecución instrumental. Esos niños que cantaban en Kamarakoto, su lengua indígena natal, conformaron el primer Coro Infantil Kanaimö.
Posteriormente, la profesora Raquel recibió el apoyo de El Sistema, mediante la dotación de instrumentos y de contratación de personal para comenzar las actividades formativas académicas e impulsar su iniciativa, a través de misiones formativas y teletalleres producidos en Caracas. El Sistema extiende su respaldo y se incorpora la Orquesta Infantil de Cuerdas y se crea el Coro Kumarakapai, para conservar y promover la cultura y la tradición musical de los indígenas pemones. De la mano de maestros como Jhonny Cubides líder de formación de El Sistema, se logró ver materializada la labor social y transformadora en esta función especial.
“Logramos presentarnos en la Sala Simón Bolívar donde se interpretó una gran función de los programas Orquestal y Alma Llanera, con más de 100 niños en escena”, expresó Cubides.
“Nos sentimos muy honrados y orgullosos al ver la evolución de cada niño con cada instrumento. Tenemos nuevos frutos que desde el año 2021, cuando nuestro director ejecutivo Eduardo Méndez firma un convenio con la capitanía de la comunidad pemón, se reafirman los lazos y se da la formalidad a la creación del Núcleo Kanaimö”, fue parte de lo que expresó Herich Sojo, director general de El Sistema.
El Núcleo Kanaimö y su virtuosismo demostrado en la Sala Simón Bolívar ratifican el compromiso con la obra del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.