El Programa Académico Penitenciario gana cada vez más apoyo dentro del INOF
Durante un recorrido de los representantes del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) y el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (El Sistema) se pudo evidenciar el efecto transformador de la enseñanza musical, en consonancia con los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promovidos en la Agenda 2030 de la ONU
Prensa El Sistema/ PNUD
La música es más que una actividad de ocupación para las internas del Instituto Nacional de Orientación Femenino, INOF. Cada una de las participantes de las actividades programadas para esta visita oficial, pudo expresar su conexión con una espiritualidad distinta. Algunas sostienen que la práctica colectiva les permite “abrir una ventana hacia la libertad”, y encontrar valores como compromiso, solidaridad y compañerismo que se llevarán consigo cuando les llegue el momento de reinsertarse en la sociedad.
Este es un pensamiento común entre las privadas de libertad que forman parte del Programa Académico Penitenciario (PAP), que el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela lleva adelante desde hace más de 10 años. Poco más del 30% de la población total del INOF ha optado por cantar y tocar un instrumento, siendo ellas mismas las encargadas de testimoniar ante el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que hay solidez en las herramientas que la música les brinda para lograr una verdadera transformación personal, desde el trabajo en colectivo.
En esencia, fue eso lo que se pudo evidenciar durante el recorrido realizado por los representantes del PNUD y El Sistema, como parte de la agenda de acciones conjuntas establecida en nuestra alianza de cooperación; que además apunta a destacar las metas e indicadores de la Agenda 2030, que se cumplen a través del trabajo social, pedagógico y artístico de El Sistema, que en el INOF está a cargo de la maestra Margarita Carreño.
En su rol de promotor de Desarrollo Humano Sostenible, y en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), El Sistema selló, una vez más, su compromiso con estas acciones. A través de la muestra ofrecida en el INOF, se pudo palpar el cumplimiento del ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas; ocasión que permitió a los visitantes verificar el apoyo creciente que el PAP ha ganado en este centro de reclusión.
Las autoridades del PNUD y el Sistema manifestaron su satisfacción hacia los avances de las participantes en el aprendizaje, ejecución musical, y las labores de lutería; por lo que sus esfuerzos fueron reconocidos, con el compromiso de seguir respaldando estos resultados.
“Es muy satisfactorio ver cómo las privadas de libertad encuentran, a través de este programa de El Sistema, un medio que probablemente les ofrezca una mejora en su calidad de vida y otras salidas para ubicarse de nuevo en la sociedad. Esta labor nos compromete aún más a seguir apoyando el trabajo del Programa Académico Penitenciario y a renovar con más entusiasmo las acciones de nuestra alianza”, expresó Rosicler Gómez, Representante Adjunta del PNUD en Venezuela.
Aprendizajes para multiplicar
Marinés Quintero es farmacéutica, con una maestría, y se encuentra en proceso de apelación del caso que la mantiene recluida en el INOF. Ella se inició como ejecutante de contrabajo a los 8 años de edad, pero decidió dedicarse de lleno a su desarrollo laboral en su profesión universitaria. Aunque parezca una ironía, valora muchísimo este reencuentro con la música. “Ahora entiendo que jamás debí dejar mi orquesta, pero también caigo en cuenta de que el destino siempre lo trae todo de vuelta. Mientras estoy en proceso de demostrar mi inocencia me desempeño como monitor del instrumento y de la misma manera en que ayudo a mis compañeras me ayudo a mí misma, porque he descubierto la solidaridad como un valor importante. Estoy convencida de que nunca más tendré otras prioridades por encima de la música”.
Marcela Arjona es mexicana, tiene 36 años, y también forma parte del Programa Académico Penitenciario del INOF. Asegura que su ingreso a la orquesta le permitió sentir un apoyo emocional que en su lugar de origen no había encontrado. “Aquí logramos encausar nuestras pasiones. En medio de esta situación que vivimos intramuros, la música es una oportunidad para valorarnos y estar en comunión con un yo espiritual. Cuando me toque dejar este lugar me llevaré mucho amor y buenas herramientas para reconstruir un futuro de bien, independientemente de las consecuencias de la mala decisión que me trajo hasta aquí”.
Gladys Golindano quedó sorprendida de su capacidad para proyectar la voz cuando entró al coro del Programa Penitenciario del INOF. Asegura que para ella la música se ha convertido en el objetivo de seguir luchando para superar la circunstancia por la que llegó a este penal. “Para mí la música es todo, sin las clases mi estadía aquí sería mucho más difícil, así que estoy muy agradecida con los profesores por la oportunidad que nos brindan de demostrar que nos podemos superar cada día más. Espero seguir una carrera como vocalista, por lo que mantendré la disciplina que he aprendido a través de esta actividad”.
Mostrar los avances del Programa Académico Penitenciario permite reforzar el cumplimiento de los ODS, en su rol de promotor del desarrollo humano sostenible, por parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.