Una fiesta inesperada celebró 38 años de la Sinfónica Simón Bolívar
Al cierre del segundo concierto del XI Festival de Juventudes, la alegría rompió el protocolo en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. Al son de la Orquesta Latinocaribeña del Núcleo 23 de Enero, el público regaló sus aplausos a la orquesta pionera de El Sistema para celebrar su trayectoria
La solemnidad del encuentro musical pautado para este sábado 30 de julio fue tocada por la festividad interna del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. La Fundación Musical Simón Bolívar aprovechó la ocasión para compartir con el público la celebración del cumpleaños número 38 de la Sinfónica Simón Bolívar, que ese mismo día tuvo a su cargo la ejecución del repertorio escogido para el segundo concierto del XI Festival de Juventudes.
Aunque los músicos ya sospechaban que algo importante sería mostrado a la audiencia, no esperaban que fuera un resumen audiovisual de la trayectoria de esta orquesta, fundada por el maestro José Antonio Abreu en el año 1978. El paseo por más de tres décadas de lucha y trabajo pedagógico para desarrollar este modelo de educación artística, que actualmente se replica en más de 50 países, comenzó a mover las fibras de los presentes y en especial de muchos compañeros, amigos y familiares que se encontraban entre el público, como es habitual cuando la orquesta sube al escenario.
El maestro Diego Matheuz, director titular de la Sinfónica Simón Bolívar, tomó un micrófono para felicitar a todos los integrantes de esta agrupación. Dedicó unas palabras de agradecimiento a los maestros que forman parte de la orquesta pionera de El Sistema, quienes con sus lecciones lograron llenar a esta institución de figuras influyentes, que hoy están haciendo labor multiplicadora de este proyecto social dentro y fuera de Venezuela. También anunció la despedida del fagotista y contrafagotista, Héctor Barrios, quien compartió atril por última vez con sus compañeros. Efusivos aplausos y expresiones de reconocimiento a su trabajo de 35 años hicieron brotar lágrimas en este veterano músico que conmovieron a muchos de los asistentes.
Todos estos acontecimientos antecedieron la presentación de la SSB, que una vez más, se entregó a dibujar el universo creativo de Gustav Mahler, a través de la Sinfonía N° 6 en La menor, “Trágica”. A través de los cuatro movimientos que componen la obra, la orquesta pudo volver a demostrar por qué cuenta con el respeto de los amantes de la música académica. La facilidad de sus integrantes para andar sin tropiezos por el camino trazado en esta composición no dejan otra alternativa que profesar admiración a su delicado trabajo artístico.
Una vez cumplida la misión, y tras la ovación recibida en este cierre de temporada, la agrupación fue gratamente sorprendida con la presencia de la Orquesta Latinocaribeña del Núcleo 23 de Enero, que a ritmo de salsa entonó el Cumpleaños Feliz. Seguidamente, una lluvia de globos tricolor inundó el escenario y el patio central de la Sala Simón Bolívar. Algunos de los músicos utilizaron sus instrumentos para pincharlos y emular el sonido de cohetones, animando aún más el momento. El cierre musical lo puso la agrupación invitada interpretando el clásico de Héctor Lavoe, Mi gente. En el transcurrir de la canción, un grupo de niños subió al escenario para entregar rosas rojas a los músicos, quienes estaban protagonizando abrazos, lanzando besos y aprovechando el instante para hacerse selfies.
Estas emociones forman parte de la historia y siguen llenando de anécdotas el quehacer artístico del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.